La Educación en la República Dominicana.

Posteado el // Comentar

2-3

Mucho se ha recalcado que un pueblo sin educación se sume cada vez  más en la miseria y la  pobreza. En un marco de previsión, las autoridades locales y foráneas han tomado medidas para reducir los niveles de insalubridad como mecanismo de salvaguardar la integridad de los seres humanos, mejorando el bien común, posibilitando la creación de las condiciones sociales que permitan a los integrantes de la comunidad alcanzar mayor realización personal, espiritual, material y social. Entre las actividades específicas que conllevan materializar estas condiciones está la educación.

En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), proclamó como la Década de la Alfabetización el decenio comprendido entre el 2003 al 2012.

El Estado Dominicano, a sabiendas de las inmensas precariedades de que adolece la educación formal nacional, no tuvo otra opción sino la de adherirse a las metas programadas por la UNESCO, de tal manera, se vio precisado a elaborar las estrategias y articular la estructura sobre la cual marchara la recuperación de la educación de nuestros nacionales.

Ya antes en el año 1997, nuestro país había adoptado un régimen legal de educación instituido por la norma 66-97, denominada Ley General de Educación.

No obstante el honorable señor Presidente constitucional de la República Dr. Leonel Fernández, al participar en la XX Cumbre Iberoamericana de Jefe de Estado y de Gobierno, realizada entre los días 2 y 4 de diciembre del año 2010, en Mar del Plata, Argentina, hizo revelaciones donde confesaba con cierta impotencia, la imposibilidad de nuestro país poder alcanzar las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, incluyendo la educación, que fue el tema principal a tratar por este cónclave, en una expresión de manifiesta incompetencia que debe serle atribuida a todos los dominicanos por igual, lo que debe llenarnos de decepción y de obligatoria reflexión.

Nuestros gobiernos han fomentado durante toda nuestra historia una muy baja inversión en el sector educativo, acarreando la existencia de un porcentaje de analfabetismo tan elevado que nos ubica dentro del concierto de naciones que menos atención le presta a este sector, y no decir de la preparación que resulta de los que llegan a ser favorecidos con el sistema de educación básico, los cuales en su gran mayoría son considerados como verdaderos semis analfabetas.

Estas falencias les han valido a nuestros gobernantes tener mayor control sobre la vida de los individuos, los que por la falta de instrucción han sido sometidos a enojosas precariedades, desmedrando durante largos años su condición de seres humanos.

Contrario a como lo han considerado nuestros entes dirigenciales, tener una sociedad mejor instruida, es vislumbrar la posibilidad de realizar mejores obras de gobiernos, es afrontar menores accidentes en el ejercicio del poder, solo debemos comparar las maneras de cómo se hacían los reclamos de las justas reivindicaciones a las que aspiraba la sociedad hasta hace apenas pocos años, con las que hoy algunas células sociales exigen el cumplimiento de las leyes.

Hoy se reclama de manera pacífica, existe cierto respeto a los disidentes, protegiéndose su patrimonio y la integridad físicas de las personas; esta es la mejor muestra de cómo se obra cuando prima la conciencia y la educación en los individuos que estamos compelidos a vivir en comunidad.

Salomón Ureña B E L T R E.
Abogado.
salomonbeltre@me.com

0 comments:

Publicar un comentario