Sobre el Desafio Independentista Catalán

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De los últimos cuarenta años, es en la actualidad que España vive uno de los momentos más aciagos de su historia moderna, precisamente por el proceso hacia la independencia de Cataluña impulsado por miembros de su cúpula aristocrática y coaccionado por cierta elite política desgastada, pero que ha sabido abducir a buena parte del electorado a marchar en conjunto hacía este destino sin futuro cierto.

No se cuestiona que otros tantos acontecimientos hayan suscitado interés y avivado conmoción colectiva en la llamada etapa de la democracia española, verbigracia el periplo transitado a partir del fallecimiento  del déspota Francisco Franco Bahamonde.

Se suma, entre otros, la amenaza latente contra la estabilidad que se hizo realidad el 23 de febrero del 1981 cuando el general Antonio Tejero irrumpió en plena sesión del Congreso de los Diputados, así como los desgarradores actos criminales que en su momento ejecutó ETA en gran parte de los 509 mil kilómetros cuadrados de la geografía Ibérica; la escalada de atentados terroristas del (9M), así como el ataque en la Rambla, sin dejar de recordar el cacareo constante sobre la corrupción en la que suele estar sometida la sociedad española; a pesar de los anteriores, y tantos otros más, ningún otro hecho ha despertado tanta preocupación como el repentino repunte que ha tomado el movimiento secesionista mediante el cual una parte que ya supera el 45% del electorado aspira, a como dé lugar, independizar a Cataluña de la “Madre Patria”. 

La dirigencia de los partidos políticos encabezados por Junts Pel Si, Esquerra Republicana de Cataluña y La CUP, al imponer contrario al mandato de la Constitución y las leyes, la activación de los procesos de desvinculación de Cataluña, han socavado los cimientos de una de las democracias más firme que se ha ido forjando desde finales de la década del 70 y que se ha afianzado para ser reconocida como una de las más prometedora de Europa. 

Todo lo anterior ha imbuido una escalada de tensión entre España y Cataluña.

El discurrir de los acontecimientos recientes nos hace vislumbrar que este movimiento ha estado ahondando el sentimiento secular de una parte de la sociedad catalana que ha entendido que desmadrados de España, tienen mayores y mejores posibilidades de progreso, porque de esta manera dejarían de ser la comunidad que más aporta al producto interior bruto, esto es cerca de un 22%, osando atribuirle a la fiscalidad española que le espolea cerca de 16,000 mil millones de euros anualmente, los cuales bien podrían ellos, en caso de ser independientes, utilizarlos para su propio estado de bienestar.

Aunque diminuto en sus origines, el movimiento independentista ha ido creciendo hasta colocarse en un cuarenta y ocho por ciento el total de los electores que aspiran desmadrarse de España por entender que es viable la posibilidad de afianzarse en un entorno de convivencia fuera del conglomerado comunitario del Reino de España. En la actualidad, el 85% de los alcaldes de Cataluña, esto es cerca de 796 de todos sus ayuntamientos, están presididos por alcaldes que respaldan alcanzar la independencia, lo que supone un duro revés para los estrategas del gobierno.

Tesonero y sistemático ha sido el esfuerzo que se han fijado los que encabezan el movimiento secesionista con el que hay un clarísimo propósito de romper la unidad del territorio español, el que secularmente se ha mantenido unido en torno a la idea de una España ideada con firmes propósitos vinculantes, fruto de lo cual al día de hoy coexiste la división geográfica en términos de comunidades autónomas, disminuyendo la posibilidad de afrontar de forma unificada los retos que depara el futuro. 

Los iniciativas cesionistas no son de recientes factura, varios intentos han sido suficientes para que la Moncloa sea consciente de que el proyecto va en serio, y que si no se toman de manera urgente las medidas restrictivas que la ocasión demanda, es probable que un día no muy lejano nos levantemos viendo como se habría convertido en realidad la aspirada independencia.

Basta con señalar que en el año 1978, el entonces presidente de la Generalitat, Oriol Pujols, ya había declarado la República de Cataluña, sin dejar de recordar los acontecimientos recientes de septiembre del 2014, en el que el propio gobierno central autorizo el plebiscito mediante el cual la ciudadania acordara sobre si quería o no mantenerse unido a España, ganando, aun con poco margen el SI.

Con la aprobación de la ley de Desvinculación aprobada por el Congreso Catalán, respaldada por la Cup y el PDeCat, el pasado 6 de septiembre del 2017, se redefine el aun enérgico proceder de las banderías que están abiertamente decididas a desentrañar del fuero español a esta legendaria y próspera tierra, cuna del antepasado familiar del padre de la Patria de la República Dominicana, Juan Pablo Duarte Diez.  

Recién, el Poder Ejecutivo ha llamado a sesionar al Congreso para la próxima semana con una única agenda: solicitar la activación del artículo 155 de la Constitución del 1978, cuyo propósito es determinar el mecanismo, no definido por su carta magna del 1978, de como debe el gobierno central ha de reducir a la obediencia a los insurrectos.


Independizar a Cataluña es distraer un contenido cultural y económico sumamente importante para la estabilidad del conjunto del país toda vez que este movimiento alerta a otras comunidades la posibilidad de engendrar parecidos movimientos que tiendan a motorizar desprenderse del eje que conforma la totalidad del territorio español, tales como Galicia, el País Vasco, la Comunidad Valenciana, entre otros.


Salomón Ureña (W.A.).
Abogado.
Wamcho's father.

No Usar Los Nombres Comerciales Conlleva Su Cancelación.

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A menudo, los que ejercen el comercio, al momento de intentar practicar el registro del nombre comercial con el que denominarán su razón social o establecimiento se encuentran con que el mismo ya ha sido matriculado, pero que por su apego, optan por indagar si este se encuentra en uso, dándose cuenta, en ocasiones, tras sus investigaciones que efectivamente su titular, por la razón que fuere no ha emprendido las dinámicas que motivaron su registro.

El registro del nombre comercial otorga carácter de exclusividad en el uso y explotación a su titular e impide a que cualquier otra persona haga uso, comercialice o lo maneje a su discreción.

La normativa dominicana que ampara la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (ONAPI) concede ciertas prerrogativas al interesado así afectado de manera que éste pueda, amparado en las pruebas que ostente que avalen su no uso, revertir ese estado y acceder así a la posibilidad de titularlo a su nombre.

En efecto, la ley 20-00 del 10 de mayo del 2000 sobre Propiedad Industrial, establece los mecanismos sobre los cuales accionar para lograr, en extremo, revocar los derechos adquiridos de su registrador primario y concederle al interesado, previo pago de las tasas correspondientes, su concesión por tanto el derecho de prelación a uso y explotación.

Hacer uso del nombre comercial es la razón fundamental de su registro, a tal extremo que a la luz de nuestra legislación, se interpreta que su titular lo ha abandonado cuando se demuestra que no lo ha explotado, sin causa justificada, durante un periodo de cinco años consecutivos.

Además, hay abandono cuando su titular notifica, bien a sus co-titulares o a la oficina de la propiedad industrial que lo  cede con la inscripción de que lo abandona o por su simple cancelación.

Debe saberse que tiene prioridad de derecho sobre el uso de un nombre comercial, aquel que primero lo use, no el primero que lo registre.

El uso indebido de un nombre comercial debidamente registrado acarrea, en virtud del artículo 166 de la precitada ley 20-00, prisión correccional de tres meses a dos años, y a pena de multa entre diez a cincuenta salarios mínimos.


Salomón Ureña (W.A.).
Abogado - Notario.
Wamcho’s father.