Mis Temores por Cataluña

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A veces nos da la impresión que al gobierno presidido por el señor Mariano Rajoy le es incomprensible o al menos desconoce la real dimensión que cada vez más cobra el movimiento independentista de Cataluña, cuyo auge se ha incrementado precisamente en los últimos cuatro años en los que ha dirigido con altibajos el presidente de procedencia gallega, el destino de todos los españoles.

A nuestro entender, son muy pocas las preocupaciones que haya podido mostrar el gabinete de Rajoy en relación a Cataluña. No obstante disponer de herramientas legales para actuar con mayor contundencia, como lo es el Art. 155 Constitución española que expresamente dispone que: 

“1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.

2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas”.

Sin embargo, desde la dirección general del Estado no se hacen aprestos que conduzcan a reducir los ánimos de los delirios independentista de Arthur Mas, presidente de la Generalitat. No es suficiente el solo escuchar decir que durante su gobierno, el de Rajoy, España no se desmembrará.

Salvo las constantes, y para nosotros muy equilibradas posiciones adoptadas por el presidente del Gobierno Español, es muy poco lo que se puede lucir para asegurarle al pueblo español que se tiene dominado el escenario para enfrentar y neutralizar los fulgores del movimiento independentista Catalán.

“España no se desmembrará, eso no pasará en un gobierno del Partido Popular”, es lo que una y otra vez expresa Mariano Rajoy. Este antídoto es insuficiente,  a estas altura se ha debido tener activado todo el tinglado estatal que reduzca cualquier interés de romper la unidad del territorio español.

Se ha tratado a través de un anteproyecto de ley sometido por el gobierno al Congreso, que las decisiones emanadas del Tribunal Constitucional conlleven la imposición de sanciones para aquellos que la vulneren, en franca alusión a Arthur Mas, quien luego de la decisión que declarara fuera de la ley el llamado a elecciones presbicitaria del 9N del año pasado, y que lo conminó a cumplir con la Constitución del 1978, éste no ha hizo sino obviar su cumplimiento. 

Luego de la demostración de fuerza que han logrado Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana, Raul Romeva, y el propio Arthur Mas, en la Diada 2015, es para preocuparse de que el proyecto de secesión va muy en serio, más cuando para el 27 de septiembre, fecha para la cual están fijadas las elecciones autonómicas, las mismas han sido identificadas a interés de los independentistas como el buque insignia del proceso, al extremo que éstos, los tres jinetes más activo del proceso, las han propuestos como prebiscitarias. 

Es indudable que la propuesta independentista ha ido sumando más adeptos, al extremo que sus proponentes han logrado rebasar a las demás fuerzas políticas que se debaten el poder en España. Las fórmulas hasta ahora planteadas por la oposición parecen no encontrar apoyo de los electores que las asuman.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), por ejemplo, no ha sabido exponer con claridad sus proposiciones, la que se contraen esencialmente a una modificación constitucional que invite a adoptar un sistema federal para toda España. A la mayoría de la población se le hace incomprensible el significado de esta propuesta.

Sinceramente desde nuestras latitudes pareciera que el PSOE no es explícito o al parecer, la dirigencia de este partido no sabe claramente como jugar su papel en esta disyuntiva. No quisiéramos pensar que también en España al igual que en nuestros países en vía de desarrollo, sus políticos se aventuren a poner en peligro sus instituciones, solo por favorecerse en lo inmediato de las ventajas que circunstancialmente las mismas podrían conferirles.

Nos parece algo canallesco que se actúe con ligereza ante las amenazas que encierra la posibilidad de que este importante bastión territorial se desligue de la Madre Patria solo para obtenerse provecho electoral.

Recientemente hubo un intercambio de cartas públicas entre tres de los líderes políticos importantes españoles, decimos el ex-presidente del gobierno Felipe González, Joseph Antoni Duran I Lleida y Arthur Mas. Este periplo nos pareció un excelente escenario a partir del cual se pudo haber abierto un debate nacional que involucrara un mayor número participantes, se centrara en ella toda la atención necesaria que permitieran identificar las propuestas que definitivamente implicaran la solución al entuerto independentista.

No se nota a un gobierno tomando decisiones agresivas, atando cabos que puedan contrarrestar el avance de los partidarios de una Cataluña libre. Todo parece que el gobierno ha dejado el camino abierto, esperanzado en que las amenaza de un futuro incierto para los catalanes seria lo que los haría reaccionar, e ir a votar en masas a las elecciones del 27 de septiembre. Mientras tanto el Junts Pel Si, sigue su curso actuando con toda la libertad. El discurso incendiario ha ido escalando, son más los que se anexan a su proyecto, se maneja la hipótesis de que para proclamar la independencia, no es necesario siquiera sumar la mayoría absoluta en las esperadas elecciones.

Urge identificar los métodos que conlleven un acuerdo categórico que resuelva de una vez y por toda las aspiraciones de una Cataluña independiente, debe pues el Gobierno central obrar con mayor determinación y carácter, aunque ello implique el uso de la fuerza que le confiere la Constitución.

Vale la pena el sacrificio antes de que el proceso se extienda más, y llegue a afectar a otras comunidades como la valenciana que está en el ojo de miras de los Catalanes para ampliar hasta allí sus aspiraciones.

Salvo las constantes, y para nosotros pocas categóricas posiciones adoptadas, es muy poco lo que puede lucir el actual inquilino de la Moncloa para asegurarle al pueblo español que se tienen bien diseñadas las políticas que inviten a neutralizar el ánimo determinado de proclamar la independencia de Cataluña.

Salomón Ureña BELTRE. 
Wamcho’s father.