Urge La Reforma del Código Penal Dominicano.

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Con la condena a treinta años de prisión a Víctor Alexander Portorreal, alías Chamán Chacra, vuelve a ponerse sobre la palestra la necesidad de la reforma del Código Penal Dominicano del que todavía cursa un anteproyecto por ante nuestras cámaras legislativas, sin vista puesta en lo inmediato para su aprobación.

La pena impuesta no parece haber satisfecho las expectativas ni la necesidad de sanción que imperaba en la conciencia ciudadana, por la naturaleza cruel, sanguinaria e inhumana con que el asesino se aseguró conseguir sus fines nefastos contra sus víctimas.

El perfil de éste individuo que se expuso ante los andamios de las lides judiciales tras causarle la muerte a la mujer con la que compartía cohabitación y a sus tres hijos, tras violarlos sexualmente y cometer incesto, queda retratado en la idoneidad social de crear mecanismos de exclusión definitiva de su seno a personeros de potenciales rasgos y similares conductas.

La sociedad no queda resarcida ni siquiera satisfecha en su sed de sanción al recibir como pena máxima, la impuesta a éste que apenas mostró arrepentimiento de sus hechos siniestros.

Por conocer las deficiencias que arrojan las fases de reeducación que actualmente imperan en nuestro sistema carcelario, es muy poco lo que harán para lograr la reinserción de éste individuo al estadio social al cual debemos proteger como forma de asegurarnos mejor convivencia.

Urge sean implementadas figuras como el cúmulo de pena que operan como mecanismos de sugerentes comportamientos restrictivos a lo individual, so pena experimentemos nuevos casos de similares o peores sañas.

Se ruega a los diferentes sectores que pugnan sobre la viabilidad del aspirado nuevo código penal, en especial a nuestra Iglesia, que ya no se debe darle más larga a este tema.

La sociedad ha manifestado su indefensión ante hechos tan desgarrantes como los ejecutados por Chamán Chacra; ¿qué le ocurre pues al legislador dominicano para no acudir presto a su urgente auxilio?


Salomón Ureña (WA).
Abogado & Notario.
Padre de Wamcho y de Noé.