El
Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) escogió el 22 de diciembre del 2011, el
número exacto de jueces que deben integrar a la Suprema Corte de Justicia
(SCJ), la más alta instancia jurisdiccional de la República Dominicana,
diecisiete en total, según lo ordena nuestra Constitución Política.
Gran
parte de los dominicanos nos sentimos satisfechos y hasta identificados con
cada uno de los miembros de esta nueva SCJ, por la calidad de la selección
realizada por el CNM, debido a que la mayoría de los nuevos inquilinos, son
excelentes hombres y mujeres, demostrado por sus incuestionables y excelente
formación, sus espléndidas hojas de servicios brindados a este poder del
Estado, así como por sus admirables valores humanos, morales, éticos y
familiares.
La
presidencia de la misma, al recaer en la persona del Doctor Mariano German Mejía, quien en una de sus más recientes presentaciones
como catedrático que siempre ha sido, en una actividad preparada por el Comité
de Egresados de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu), el
pasado mes de noviembre, interrumpiera a su presentador cuando aludía a su sorprendente
curriculum profesional, diciendo: “Perdón con que sólo diga que soy abogado,
es suficiente”. Y no es para
menos, para ser consecuente con el Dr.
Germán Mejía, eso es lo que retrata su fisonomía en el areópago judicial
nacional, ser un abogado de pies a cabeza, que además prestigia a la justicia
nacional al ser elevado a presidir no ya sólo la SCJ si no también el Consejo
del Poder Judicial.
Su
presencia hace lucir a la justicia dominicana en una de sus mejores etapas, le
impregna confianza y solidez, la hace atractiva a la luz de los justiciables,
que a fin de cuentas, somos todos los ciudadanos.
El
muy transitado ejercicio profesional del Dr.
Germán Mejía ha quedado sin mácula alguna, éste ha actuado para llevarse
toda la admiración de los que hemos tenido acceso a su incuestionable hoja de
servicio. Estamos conscientes que al decir de un ser humano semejante
afirmación es atreverse a mucho, sin embargo, la inmaculada trayectoria en
todos los órdenes de la vida de este hombre, lo hace merecedor de tal respaldo.
Cosa
difícil de aceptar que se diga de un abogado, pero la suya es una excepción que
hace confirmar la regla. Su conducta lineal de respecto a los derechos
individuales, familiares y colectivos que ha demostrado hacia sus iguales, le
ha permitido acaudalar un amplio respaldo moral, cuya consistencia será el
soporte para las difíciles pero necesarias decisiones que habrá de tomar mientras
permanezca como presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Son
pocos los profesionales del derecho que no han pasado por sus instrucciones
como catedrático, como expositor en simposios, post grados, diplomados, maestrías,
etc. Su doctrina escrita, especialmente en las áreas del derecho civil y
procesal civil, son estándares que se han convertido en dogmas. Sus libros no
faltan en nuestros anaqueles, citarlos en nuestros escritos es de tarea
obligatoria por la profundidad con que suele tratar los asuntos jurídicos.
En
su discurso preparado para el día del poder judicial, el pasado día 7 de enero,
el Magistrado Presidente dio connotaciones de estar muy atento a la realidad
del Poder Judicial, hizo una concisa pero certera exposición de los avances y
logros de la S.C.J. saliente, haciendo hincapiés en las importantes normativas
que fueron promovidas y puestas en vigencia durante la gestión de los catorce
años pasados, que sin lugar a dudas contribuyeron seriamente en el
fortalecimiento de este Poder del Estado, coadyuvando sacar la justicia del estadio
de mercado en el cual se encontraba hacia una justicia más accesible, más idónea.
Se
prevé que bajo la presidencia del Dr. Mariano German Mejía, la SCJ, se apreste
a producir serias transformaciones en el ámbito judicial, tanto en el sentido
de remover algunos jueces de conocida venalidad en el ejercicio de sus
funciones así como a incorporar importantes cambios procesales como la
modalidad de referimiento ante los Juzgados de Paz y no es de sorprendernos que
se arrecie ante las cámaras legislativas la aprobación del nuevo Código de
Procedimiento Civil cuyo anteproyecto ha sido preparado por el mismo Dr. German
Mejía, quien presidió la Comisión que creara a tales fines el Presidente Fernández,
junto a los también magistrados Hermógenes Acosta de los Santos y su par José Alberto
Cruceta Almánzar.
Estamos seguros que la conversión de abogado a juez
del Dr. Germán Mejía será meridiano y efectivo. Su temperamento armonioso, su
carácter indomable y su solidez profesional, nos presagian una Suprema Corte de
Justicia que administrará sanamente lo que implora Themis y que continuará
realizando los cambios que se iniciaron en el año 1997, todo lo cual redundará
en provecho y porvenir de una mejor nación.
De cierto decimos que si el Dr. Mariano Germán
Mejía, le brinda a la Suprema Corte de Justicia, durante los siete años que
está llamado a permanecer en el cargo, el mismo calor, la entrega, la determinación
con que ha destacado su función de buen padre de familia, a su impoluto
servicio de abogado, y a la sociedad durante toda su vida, los dominicanos no
tendremos sino que airear a viva voz, al termino de su mandato: “Gracias
Dr. Germán, por sus servicios a la patria”, los cuales estarán
rindiendo frutos eternamente a favor de las generaciones por venir.
Salomón Ureña Beltre.
Abogado.
salomonbeltre.gmail.com
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