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Producto
del enfrentamiento que han sostenido tanto la jueza Cristo Cristo como la
fiscal del Distrito Nacional Yeni Berenice Reynoso, en ocasión de la
instrucción del proceso penal interpuesto contra el exministro de Obras
Públicas, el Ingeniero Víctor Día Rúa,
se ha creado una modalidad diferente de cómo jueces y ministerio publico han
interactuado en ocasión de sus respectivas funciones.
Hasta
la fecha, ambos elementos tenían idénticas expectativas de los expedientes
asignados a sus cargos, mientras que su trato era de afable reciprocidad,
condescendencia, en fin, su norte estaba guiado a no ser partes adversas, hasta
el extremo que a los abogados en ejercicio, de ordinario, nos han preocupado constantemente
tales camaraderías.
Pero
al parecer, la agenda que ha programado la actual titular de la Fiscalía del
Distrito Nacional, hace imposible el sostenimiento de las relaciones armoniosas
y de felices coincidencias en las que una y otra institución han sobrevivido a
lo largo de nuestra historia judicial.
Cabe
preguntarse, si la sabia e inteligente estratega de Luperón, Puerto Plata, conocía
las consecuencias que se derivarían de las imputaciones contra la miembro de la
judicatura Cristo Cristo, y si este episodio empañaría, como ha ocurrido, el
caso contra el exministro? Era más importante para el país que se ahondara en
los destinos inmediatos de su propia causa, qué la del expediente de marras?
En
un ambiente como el nuestro, donde se prefiere privarse hasta del patrimonio
que de las buenas relaciones sociales, cuando no empresariales y
laborales, ir contra los intereses de un
titular jurisdiccional es una verdadera osadía de quien la patrocina…, y haberlo
hecho Yeni Berenice Reynoso es una muestra de que tiene en su agenda, mayores
expectativas que hasta la fecha observadas por quienes no quieren verla como
titular de la más importante y trascendental instancia de poder inmediato del
Distrito Nacional, quizás en este hecho se puedan encontrar respuestas a las
preguntas anteriores.
A
quien suscribe no le sorprende la actitud asumida por la beligerante fiscal. De
Yeni Berenice Reynoso, decíamos, sin ser nosotros oráculos de nada, en momentos
en que fuera designada como titular de la Procuraduría Fiscal del Distrito
Nacional, que aquella decisión traería gravísimas desventuras sobre los actores
de influencia de esta demarcación; que se convertiría en una funcionaria a
temerse, y nos enfocábamos en asumir tales criterios en que siendo la primera
mujer y la más joven titular de la Fiscalía de Santiago, eje de la economía de
la zona norte del país, y que al sentirse protagonista de una nueva fuerza
fáctica, se encubaría, con su ascenso al Distrito Nacional una especie de ego
que para alimentarlo tendría que echar andar una series de andanadas que
enlodarían sobretodo a actores fundamentales de la política capitalina.
Para
sostener el criterio anterior, nos albergábamos en el hecho de que, más que
discrepancia en los aspectos técnicos, tanto de la investigación como de la
mecánica jurídica que en caso semejante deben observarse por mandato expreso de
nuestro ordenamiento jurídico general, se observa que entre los actores de este
mercado de opiniones encontradas, existe una verdadera lucha de poder que confluye
entre los actores que preconizan este estandarte, también de una joven abogada,
que conocedora de su destino inmediato, ha pretendido hacer sonar las campanas
que provoquen los ruidos que quiten el sueño a quienes entiende pueden influir
indirectamente para que su destitución del cargo no sea un hecho inminente.
Al
traer al Distrito Nacional a la magistrada de Santiago no se consideró el
sentido real de autoridad que le brinda este puesto a su titular, y como este
puede influir en la esfera de la estabilidad de toda la demarcación en la que
ejerce sus funciones, cuyas consecuencias se extienden precisamente por los
factores previos indicados, a todo el país. La fiscalía del Distrito Nacional,
enclavada en el centro de los negocios, del empresariado, del núcleo de donde
se toman las decisiones que traza la política nacional, y donde se administra
en sentido general la riqueza nacional, desde donde se ejerce el poder en su
máxima expresión, obviaron sus promotores que esta no es cosa que debe dejársele
a quien no tenga una estrecha vinculación con todos los entes indicados.
Debe
servir de experiencia a quienes auspiciaron traer a ejercer como titular de la Fiscalía
del Distrito Nacional, a esta destacada y meritoria joven abogada, insistimos
en reiterar que lo advertíamos, esa decisión arrojaría consecuencias
importantes contra los propios intereses de quienes canalizaron su ascenso.
Por
desgracia para Yeni Berenice Reynoso, ya no se oculta el hecho de que
importantes sectores, incluyendo a los que la auspiciaron, hoy pretenden
desalojarla de las oficinas que ocupa en la primera planta del Palacio de
Justicia de Ciudad Nueva, con razón o sin ella, lo que al ocurrir, más temprano
que tarde provocaría el descorche de unas cuantas botellas de champan.
En
lo adelante, los areópagos deben saber que para recomendar el titular para
desempeñar una cartera tan sensible como la de la Fiscalía del Distrito
Nacional se requiere, además de tener excelente cualidades personales y
profesionales: ser un buen gerente, saber lidiar y hacer conciliar intereses
encontrados, a sabiendas, sus titulares que desde esta instancia se puede
escalar a instancias superiores de poder sin que necesariamente se incentive el
enfrentamiento entre grupos y sin que se afecten, por malquerencias y rencillas domésticas, los derechos individuales de las personas.
Salomón Ureña BELTRE.
Abogado – Notario.
Papá de Wamcho
salomonbeltre@gmail.com
809-353-5353
809-381-4353
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