A Propósito de la Falta de Credibilidad de la Justicia Dominicana.

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Christiane Taubira, es la anterior ministra de justicia francesa, puesto al que renunció en enero del 2016, por estar en desacuerdo con la intención del gobierno de su país de retirarle la ciudadanía a sus ciudadanos con doble nacionalidad que hayan sido condenados por hechos terroristas.  

En ocasión de observar los dominicanos, tras una encuesta de reciente elaboración encargada y publicitada, por un sólido medio de circulación nacional, cuyos resultados dicen que el 93.3% de los dominicanos no cree en la administración de justicia, nos viene a la memoria el episodio que acaba de vivir Francia con su ex-ministra de justicia que en ocasión de su salida del tren de gobierno llegó a decir, que: “Mi renuncia obedece a la lealtad a uno mismo, a nosotros, para que la ética y el derecho tengan la última palabra”.

Como todos sabemos, Francia fue objeto de varios atentados terroristas el pasado mes de noviembre del 2015, en los que murieron 130 personas, que aunque la mayoría eran galos, 29 los fueron de otras nacionalidades, tales como brasileños, chilenos, estadounidenses, españoles, mexicanos, etc.

Aquellos actos cobardes fueron atribuidos a la red terrorista organizada en el Estado Islámico o (ISIS) -por sus siglas en inglés-, algunos de cuyos activistas se demostró gozaban de doble nacionalidad, alguna otra compartida con la francesa, casuística esta en la que se enfocaron los asesores del presidente Hollande para sugerirle al Congreso que legislara en interés de retirarle la ciudadania francesa a tales terroristas, medida que actualmente está prohibida por su Constitución, por lo menos a los que la adquieren por nacimiento; y que a los ojos de la ex-ministra en nada contribuía para distraer a los terroristas de que ataquen a la ciudadania con la felonía con la que lo han hecho, cuyo tono también han mantenido algunos otros altos cargos del gobierno como el propio primer ministro, Manuel Valls, quien ha señalado que la medida propuesta viene a resultar más que una sanción, en una simple medida simbólica. 

Le bastó a Christianen Taubira no estar de acuerdo con la fórmula presentada por el presidente Hollande para que le dimitiera, y lo hizo por guardar sus principios, los que se reducen, a que:  [“… la ética y el derecho tengan la última palabra…”].

Christiane Taubira, respetuosa de la Constitución de su país, la que inspirada en los fueros revolucionarios del siglo XVIII, que se concretizó con la toma de la Bastilla, la misma que dio origen a la Quinta República, la del 1958, la que legaliza el cargo desde el cual le brindó tan óptimo servicio a su pueblo desde el 2012, por la que optó renunciar a los privilegios que brinda el cargo, dio una demostración de total desprendimiento, de alta valía moral y ética, reiterándose una gallarda y ejemplar ciudadana.

A este propósito vale la pena preguntarse: ¿Cuándo es que actuarán de forma parecida los líderes dominicanos que han provocado el descreimiento absoluto de nuestra justicia, y de nuestras instituciones, esos mismos que con nombres y apellidos conocidos legislan negándole el 2.6% del Presupuesto General de la Nación que por ley le corresponde al Poder Judicial, los que hacen selección a su conveniencia de los jueces que habrán de ser sus espalderos tras ser descubiertos y juzgados por sus tropelías y desatinos corruptos, los que envían a emisarios a instruir a sus pares para que tomen decisiones a contrapelo de sus principios y de la justicia misma?

¿Cuándo es que en nombre de la justicia y de la moral, del buen obrar y del buen hacer, dimitirán los que aun a sabiendas de la pérdida de los favores del cargo, de sus inmunidades, de las ventajas que les ofrece el poder, y así darle paso a las nuevas mentalidades que vienen con ímpetu y sobrado deseo de cambio, con la valentía de aceptar los riesgos de tomar las decisiones que aunque rasguen el pellejo, la asuman con responsabilidad, por principio?


Esperamos que algún día, si es que no se produce por motus proprio, lo sea por generación espontánea de un pueblo que al no resistir más, lo exija con un basta ya!!


Salomón Ureña (W.A.).
Abogado.

06 febrero 2016.

1 comentario:

  1. Quizás suceda cuando –como lo mencionaste en tu artículo- el pueblo Dominicano se digne en defender y reclamar una justicia menos prostituta, una justicia real… y lo exija con un BASTA YA!

    Cuando el pueblo deje -al igual que la justicia- de prostituirse…

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