Mauricio Macri y el futuro inmediato de Argentina (2-2).

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Contrario a las políticas de gobierno adoptadas durante los 12 años de los Kirchner, y desafiante al modelo económico por éstos implantado, el nuevo presidente Argentino, Mauricio Macri pretende, una vez sea el inquilino de la Casa Rosada, iniciar su gobernanza con una firme determinación de implementar de inmediato las medidas que permitan la creación de nuevos puestos de trabajo; para lograrlo, banderea retomar la confianza perdida a nivel internacional a propósito de la nacionalización que en abril del 2012 hizo el Estado argentino de varias empresas de capital foráneo, específicamente españolas, tal como Repsol y su filial, Yacimientos Petrolíferos y Fiscales (YPF), lo que disminuyó los niveles de confianza, y atemorizó dueños de capitales con vocación a ser invertidos en el país.

Durante su gobierno, Mauricio Macri y la coalición que le acompañará, proyectan iniciar un proceso de privatización de las empresas públicas, reduciendo consecuentemente el tamaño del Estado, el que ha resentido su economía durante el proceso de transición con medidas que estrangulan el porvenir, y que con el nombramiento de no menos 50 mil nuevos empleos a cargo del presupuesto estatal, ha expresado el nuevo gobernante, pretende la presidente Cristina Fernandez, neutralizar y dañar la credibilidad del nuevo ejecutivo, producto de las necesarias e impostergables medidas que está precisado a adoptar una vez le sea cedido el bastón de mando, y comience a ejercer las funciones para las que ha sido elegido.

Deberá afrontar, por igual el nuevo presidente, la presión que se cierne sobre el Estado Argentino con el tema de los fondos buitres… así como enfrentar las distorsiones que en la actualidad afecta al sistema de jubilaciones y pensiones, el que no obstante depender de las arcas estatales, discurre por su peor momento.

Sabe además el nuevo presidente argentino que para acceder a los mecanismos de financiamientos internacionales, y para lograr las inversiones extranjeras sin las cuales no es posible alcanzar los niveles de crecimientos proyectados, que debe restaurar las relaciones bilaterales con los Estados Unidos de Norteamérica, lo que ha puesto en marcha tras una reunión sostenida en el lobby de un hotel de la ciudad bonaerense, en la cual, luego de escoger a Susana Malcorra, como la nueva Canciller, en cuya misma reunión anunció a Martín Lousteau, quien tendrá a su cargo la delegación diplomática de su país en el número 1600 de la avenida Nuevo Hampshire en el noroeste de la ciudad de Washington.

Con un tono muy elevado, Mauricio Macri ha dejado entrever desde ya su desafección con el régimen de Venezuela, expresando que en las próximas reuniones de los organismos regionales propondrá, como sanción, la exclusión de este país de la comunidad de naciones sudamericana, por la supuesta intolerancia a la oposición política caraqueña, al tiempo de haber invitado a sus júbilos post electorales a Lilian Tintori, la esposa del encarcelado Leopoldo López, en clara alusión que respaldara las luchas que éstos fomenten contra el Chavismo.

Aspiramos que haya reconciliación entre todas las fuerzas políticas de la Nación Argentina, toda vez que la oposición acaudilla las fuerzas en el Congreso, sin cuya colaboración no será posible que el ejecutivo pueda aplicar las medidas correctivas que son necesarias para conseguir la ejecución del plan de gobierno diseñado en conjunto con la coalición que dirigirá los destinos del país cuya geografía simboliza un cono-embudo. 

Recordamos que las experiencias que tenemos los latinoamericanos fruto de la práctica de gobierno ejercida por los tecnócrata nos es de muy mala recordación, sin embargo, nos atrevemos a asegurar que de asumir Mauricio Macri, la dirección y gerencia del Estado Argentino con la misma energía y firmeza con que ha sabido dirigir los destinos de su vida y la del conglomerado de empresas de su familia, tendrá asegurada la reelección que le reconoce el artículo 90* de la Constitución de Argentina, al tiempo de haber contribuido con el mejoramiento de los niveles de vida de los ciudadanos que hoy malviven bajo el umbral de la pobreza en una nación tan inmensamente rica como lo es la Argentina.

* Artículo 90 de la Constitución de Argentina.- “El Presidente y vicepresidente duran en sus funciones el término de cuatro años y podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un sólo período consecutivo. Si han sido reelectos, o se han sucedido recíprocamente, no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un período”.


Salomón Ureña (W.A.).

Abogado - Notario Público.

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