2016, Año de Fomento de la Vivienda

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Con gran agrado y hasta júbilo entre uno y otros sectores de la vida social y económica de la nación se ha recibido la designación del 2016 como el: “Año de Fomento de la Vivienda” que ha hecho el Poder Ejecutivo mediante el Decreto número 389-15.

Con un deficit habitacional muy por encima del millón de unidades, el Ejecutivo no se arredra a las circunstancias económicas que se proyectan nos afectarán, y no obstante se coloca a la altura de las necesidades imperiosas nacionales, y justo encara una de las más criticas causas que acentúan la pobreza en nuestro país, y con todo el afán de superar las expectativas se dispone a perfeccionar los objetivos de su mandato dejando una importante obra concretizada como es dotar de una vivienda a los dominicanos de menos ingresos.

Basta notar que el mayor número de faltas de viviendas se centra en la clase pobre y media baja, para confiar que el propósito del gobierno central, en esta ocasión, está muy bien definido y muestra la muy buena intención del gabinete que acompaña al presidente Medina, al entender que debe enfrentarse un flanco que de verdad ameritaba desde los tiempos de Joaquín Balaguer una mayor concentración y energía de los recursos del Estado.

La clase media alta, y rica no tiene ninguna dificultad en este sentido, solo hay que darse una vueltecita por el polígono central y la periferia exclusiva de nuestros centros urbanos para observar como sobreabundan las altas torres, y la construcción de urbanizaciones y residenciales de lujos, mismo que tardan hasta años para ser ocupados debido a la saturación de su oferta versus la demanda.

Por tiempo inmemoriales, a la mayoría de los dominicanos se les ha negado el acceso a tener una vivienda debido a que las políticas que ha adoptado el Estado en este sentido nunca han llegado a serles propicias o simplemente favorables, pero que gracias a la iniciativa como la comentada, podrán éstos, por fin, acceder a sus ventajas. No luenga advertir que la primera parte de este párrafo contradice severamente los mandatos de nuestras últimas ediciones constitucionales las que no han dejado de prever como un derecho consustancial a cada dominicano: “tener acceso a una vivienda digna”.

Una vez implementada en toda su extensión la disposición comentada, logrará se engrasen los piñones de las maquinarias y las calderas industriales, lo que va a dinamizar los sectores del acero, del cemento, el comercio, servicios y mantenimientos, y aumentará la cantidad y calidad del empleo, y ni hablar de las ventajas que obtendrá el sector financiero. En este sentido aflora la implementación del nuevo sistema de valoración de la calidad crediticia de los ciudadanos con el bono-inicio, el que auspiciado por el Poder Ejecutivo, mostrará su cara más humana, mediante el cual se le facilitará a la familia dominicana acceder sin mayores exigencias a la posibilidad de adentrarse al mundo del crédito bancario para vivienda con el aporte significativo de un bono de parte del Estado en el inicial de la vivienda aspirada.

Con 25 mil viviendas que están en proceso de construcción, en el más ambicioso proyecto habitacional jamás pensado en nuestro país como lo es la “Ciudad Juan Bosch” en el municipio Santo Domingo Este, de las que más de la mitad se tiene la certeza serán inauguradas en este mismo año, adicional a otros proyectos no menos importantes tales como: Las Barquitas, El Ríito, en La Vega, se asegura el presidente Medina que, a final del año 2016, en el que espera lograr su repostulación, habrá logrado palear de manera muy significativa el déficit habitacional en República Dominicana.


Salomón Ureña (W.A.).
Abogado.

Wamcho’s Father.

01/08/2016

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