Maternidad y Trabajo Doméstico: Lo que Debes Saber sobre Licencias y Beneficios

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La legislación laboral dominicana reconoce y protege los derechos de las trabajadoras domésticas embarazadas, asegurándoles acceso a licencias pagadas conforme al Código de Trabajo y las regulaciones del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS).

El artículo 236 del Código de Trabajo establece que toda trabajadora embarazada tiene derecho a un descanso de catorce semanas (98 días), dividido en períodos prenatales y postnatales. Durante esta licencia, la trabajadora debe recibir el salario correspondiente, el cual es financiado a través del Sistema Dominicano de Seguridad Social y pagado directamente por la Tesorería de la Seguridad Social (TSS). De esta manera, el empleador no incurre en el costo directo del pago de este beneficio, ya que el SDSS se encarga de dicha compensación.


En cuanto a licencias es importante destacar que, si no están específicamente relacionadas con la licencia de maternidad establecida por ley, estas no gozan de una cobertura automática por el SDSS. Dichas licencias podrían depender de acuerdos específicos entre el empleador y la trabajadora, o de una recomendación médica documentada que justifique su necesidad.


Si las licencias no forman parte del período oficial de descanso por maternidad, el empleador no está legalmente obligado a asumir el pago de estas. No obstante, el derecho a la licencia por maternidad debe ser gestionado y garantizado a través de la Seguridad Social, como un beneficio fundamental de toda trabajadora embarazada en el servicio doméstico.



Notaría Central, Abogados

Salomón Ureña Beltre

Abogado - Notario.

Luís José Bourget Frometa: El Legado de un Maestro en el Derecho.

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Con profundo respeto y admiración, me uno al dolor que embarga a quienes tuvieron el privilegio de conocer y aprender de nuestro querido profesor Luís José Bourget Frometa. Su partida no solo deja un vacío en nuestras aulas y corazones, sino que nos invita a reflexionar sobre el papel de los seres humanos en este tránsito por la vida y el legado que dejan en quienes los rodean.


El profesor Bourget Frometa fue un faro en el estudio del derecho civil, un hombre cuya erudición y comprensión del derecho positivo trascendían las fronteras, actualizándonos con el rigor y la frescura de las corrientes jurídicas más avanzadas. Su vasto conocimiento, arraigado en la historia del derecho romano y en la tradición del derecho francés, hacía de cada clase un verdadero viaje intelectual. En las aulas de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, su presencia no solo impartía conocimientos; inspiraba respeto y una profunda reflexión sobre la práctica del derecho y la justicia.


Bourget Frometa no solo enseñaba con dedicación; compartía todo lo que sabía sin reserva, revelándose como un maestro genuino, de esos que son difíciles de encontrar. Nos brindaba no solo un entendimiento técnico, sino una perspectiva humanista y ética, fundamentando en cada lección los valores que nos guiarían en nuestra práctica y en la vida misma. Su habilidad para transmitir su profundo saber y su pasión por la docencia dejaron una marca imborrable en quienes tuvimos el honor de aprender de él.


Aunque hoy nos despida la tristeza, el legado del profesor Bourget Frometa permanece vivo en cada uno de nosotros. Su espíritu de enseñanza, su compromiso con el conocimiento y su respeto por la verdad seguirán inspirándonos, y su influencia se extenderá, sin duda, más allá del tiempo. Paz a su alma.


Gracias, profesor, por haber compartido su luz con nosotros.



Salomón Ureña Beltre

Abogado - Notario

By SANOTHE.

Improvisación y Endeudamiento: El Legado Incierto del Gobierno de Abinader

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El presidente Luís Abinader llegó al poder prometiendo un cambio basado en la eficiencia y un uso racional de los recursos. Aseguró que no habría necesidad de nuevos impuestos, que no se requeriría una reforma tributaria, y que la mejora en la recaudación de los tributos existentes sería suficiente. Todo esto sonaba razonable, incluso atractivo, para una ciudadanía harta de gobiernos ineficaces. Sin embargo, la realidad de su mandato ha demostrado que estas promesas eran, en el mejor de los casos, una ilusión, y en el peor, un engaño.


Desde su primer mandato, se escuchaban rumores sobre su intención de someter un anteproyecto de ley que ampliara la base del impuesto a la transferencia de bienes industrializados y servicios (ITBIS) y lo transformara en un IVA, con el objetivo de aumentar la base imponible y en tantos casos la tasa tributaria. Pero claro, se contuvo. ¿Por qué? Porque ya estaba proyectando su reelección y no podía arriesgarse a provocar un malestar que le costara su permanencia en el poder. Sin embargo, la pregunta que surge es: ¿por qué presentar un anteproyecto tan mal preparado, sin el debido consenso social y económico, que terminó en el basurero legislativo? Esto no es más que una evidencia de la improvisación que reina en el Palacio Nacional.


El colapso de este proyecto fiscal era predecible para cualquiera con un mínimo de conocimiento sobre la realidad política y económica del país. Aún así, el gobierno cometió el error de enfrentarse a sectores influyentes, pretendiendo gravar incluso la canasta básica. Esta estrategia no solo estaba destinada al fracaso, sino que también amenazaba con llevar al país al borde de un estallido social. Es alarmante que el mismo gobierno que prometió no crear más impuestos sea ahora el que busca maneras desesperadas de aumentar la presión fiscal sobre la clase trabajadora y los más vulnerables.


Lo peor de todo es que, a pesar de la derrota con el proyecto de ley, el presidente Abinader no ha aprendido la lección. Apenas días después de retirar la propuesta, logró la aprobación de un préstamo de 625 millones de dólares para “enfrentar apagones eléctricos y el cambio climático.” Esta es la política de un gobierno que ha comprometido a las futuras generaciones con una deuda insostenible, mientras no ofrece soluciones reales a los problemas estructurales que aquejan al país.


Señor presidente, usted se comprometió a una política de austeridad, a mejorar la vida de los dominicanos más necesitados sin recurrir a nuevas cargas fiscales. Ahora nos encontramos con un gobierno que improvisa, que se enfrenta a sectores que no puede controlar, y que compromete el futuro del país con préstamos que no parecen destinados a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La realidad es que su presidencia está marcada por la ineptitud y el incumplimiento de promesas. Si quiere dejar un legado positivo, es hora de que comience a “escuchar” realmente al pueblo y actúe en consecuencia. Solo así podrá aspirar a ser recordado como algo más que una decepción política.



Salomón Ureña Beltre

Abogado

By SANOTHE

Luís Abinader: Promesas de Cambio, Realidades de Deuda y Favores al Poder Empresarial

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 La presidencia de Luis Abinader está marcada, no por las reformas y avances prometidos, sino por un preocupante entramado de contradicciones y prioridades cuestionables. Desde su implicación en los “Panama Papers”, su credibilidad ha sido erosionada al punto de cuestionarse si la transparencia y el “cambio” tan prometido no fueron sino eslóganes vacíos para la opinión pública. Su estructura de 21 empresas en paraísos fiscales, señalada por el economista Andy Dauhajre, revela una notable contradicción: mientras exige sacrificios fiscales a los ciudadanos, se resguarda de sus propias obligaciones. Esta desconexión entre discurso y acción no solo debilita su legitimidad, sino que deja en evidencia un doble estándar inadmisible en un líder.


A esto se suma una dependencia excesiva de la deuda externa, que ha alcanzado los $46,000 millones en apenas cuatro años. Nunca en la historia dominicana se ha manejado tanto dinero en tan poco tiempo, y aun así, las obras de impacto tangible son escasas. ¿A dónde va a parar esta descomunal suma? La falta de transparencia y las falencias en el servicio público –desde los apagones hasta el deterioro de las infraestructuras y los problemas persistentes en el transporte– plantean un serio cuestionamiento sobre la gestión de estos recursos. La ausencia de un plan efectivo para el mantenimiento de las infraestructuras y los retrocesos en áreas claves no son sino síntomas de una administración que, a pesar del caudal financiero a su disposición, falla en rendir cuentas claras a la ciudadanía.


La estrategia de reelección presidencial, basada en el uso de al menos RD$180,000 millones del erario, ha asegurado a Abinader una mayoría absoluta en el Congreso. Esta mayoría, sin embargo, no ha sido ganada en buena lid democrática, sino mediante un evidente despilfarro de recursos públicos. Además, las reformas forzadas al sistema tributario y al Código de Trabajo sin un diálogo real con la sociedad solo revelan la falta de consideración hacia la voluntad popular. Lejos de fortalecer la economía, estos cambios buscan satisfacer intereses privados y apuntalan una agenda que favorece al empresariado dominante, obviando las necesidades de la mayoría.


Otro tema alarmante es el manejo de la crisis migratoria haitiana. A pesar de los “esfuerzos” declarados para controlar esta situación, el flujo migratorio sigue en aumento, con visados otorgados a extranjeros en cifras récord. El país no solo sufre por la débil seguridad en las zonas fronterizas, sino que experimenta una presión social creciente ante la incapacidad del gobierno para implementar una política migratoria coherente y efectiva.


En cuanto a las asociaciones público-privadas, el esquema de concesiones solo fortalece a un sector privado que ya domina la economía nacional. Estas alianzas desbalanceadas se traducen en una transferencia masiva de bienes y derechos del Estado hacia manos privadas, asegurando el control de estos recursos para la élite empresarial. Al hacer esto, Abinader no solo empuja al país hacia una dependencia económica profunda, sino que sienta las bases para que el sector privado determine la elección de futuros presidentes, perpetuando un ciclo de poder elitista que margina cada vez más a los ciudadanos comunes.


La administración de Abinader, que llegó prometiendo una “era de cambio” y prosperidad, ha demostrado ser, en cambio, una gestión de oportunidad para unos pocos. Las palabras de cambio y progreso han quedado vacías, mientras la realidad muestra una nación debilitada por políticas inconsistentes, endeudada, y con un aparato estatal al servicio de una minoría.



Salomón Ureña Beltre

Abogado-Notario

By SANOTHE


La Obstrucción a Donald Trump en su Camino a la Presidencia ¿Fábula o Realidad?

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La política estadounidense contemporánea se encuentra en un estado de guerra ideológica, donde la estrategia primordial es obstruir a Donald Trump a cualquier costo. Con cada intento de asfixiar su candidatura mediante maniobras políticas y ataques judiciales, el sistema estadounidense desnuda su verdadera faceta: un espectro de intereses corporativos, de medios y políticos que aparenta ser democrático, pero que no duda en demonizar al que osa desafiarlo. La persecución que ha sufrido Trump es la máxima expresión de una política que busca borrar del mapa a cualquier individuo que amenace el status quo.


La resistencia del exmandatario no es casual. Su resiliencia desafía la maquinaria que, con un afán grotesco, intenta imponer la imagen de una “democracia” que realmente está más preocupada por controlar a quien considera “incontrolable”. Con su insistencia en postularse, Trump simboliza, para bien o para mal, la cara de una democracia desfigurada, donde las élites no titubean en recurrir al desprestigio, la desinformación y la vil difamación para enterrar cualquier disidencia bajo toneladas de bajeza moral.


La supuesta preocupación por la salud mental de Trump no es sino el pretexto cínico que utiliza una jauría insaciable para erosionar su credibilidad. Pero la ironía de este juego es que, al intentar descalificarlo, lo que se evidencia es un sistema político carente de verdaderos ideales democráticos. En lugar de un debate de ideas, asistimos a un circo donde los grandes intereses manipulan las reglas y tratan de moldear al electorado mediante el miedo y la desinformación.


Vivimos en el llamado “mundo libre”, en el que se proclaman los valores de la democracia y la libertad, pero los guardianes de esos valores han preferido desviar la vista de cualquier principio, asumiendo que el poder lo justifica todo. Se nos ha olvidado que, en una verdadera democracia, la última palabra la tiene el pueblo, y no los titiriteros de la información y el capital. Estos últimos, embriagados por la impunidad, han olvidado que la democracia implica respeto a la voluntad ciudadana, aun cuando esta no sirva a sus intereses.


Es indignante que, en lugar de defender el sistema de elecciones libres, las fuerzas políticas de Estados Unidos se han inclinado hacia la eliminación del opositor, convirtiendo la competencia en un campo de batalla sin reglas donde la democracia es la primera víctima. Al atacar sin tregua a Trump, se ha desfigurado el bipartidismo, degenerándolo en bloques ideológicos irreconciliables, envenenados por la imposibilidad de convivir sin recurrir a las artimañas más oscuras y mezquinas.


Si el sistema continúa así, los estadounidenses se verán forzados a asumir que su voto es simplemente un simulacro. La obsesión por impedir el avance del candidato republicano solo anuncia un horizonte oscuro, donde la desesperanza se convierte en un reflejo del fracaso de una democracia que, al negarse a escuchar la voluntad popular, se transforma en la caricatura de sí misma.


Quienes observamos, perplejos, la artimaña tras artimaña, sabemos que este desprecio por la voluntad popular tendrá consecuencias. Las lecciones de la historia son claras: ningún poder sobrevive si reprime al pueblo. La democracia americana está en una encrucijada, y si no se permite que los ciudadanos elijan a sus líderes, estamos firmando la sentencia de muerte de aquello que llamamos libertad.



Salomón Ureña Beltre

Abogado - Notario.

By SANOTHE

El Contrato Verbal de Inquilinato en la República Dominicana

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La inversión inmobiliaria, motivada por el interés rentista, es una constante en la economía dominicana. Este sector, siempre en precario y en espera de nuevas unidades habitacionales para satisfacer una demanda creciente, se presenta como una oportunidad atractiva para los inversionistas.


La forma más tradicional de rentabilizar estas inversiones es a través del alquiler de propiedades. Generalmente, el contrato de alquiler es un documento escrito que establece las condiciones bajo las cuales se cede el disfrute de la propiedad. Sin embargo, en ocasiones, estos acuerdos se realizan verbalmente, aplicándose entonces el derecho común en su totalidad.


En casos donde las partes necesiten hacer valer los términos de un contrato de alquiler verbal, deben acudir a las instancias legales correspondientes para resolver cualquier disputa. Esto incluye, entre otros, la posibilidad de registrar el contrato ante el Banco Agrícola de la República Dominicana (BARD). Este registro implica completar un formulario y cumplir con el depósito de los valores recibidos como garantía, el cual debe ser al menos equivalente a un mes de renta, pudiendo incrementarse hasta un cincuenta por ciento adicional si han transcurrido más de seis meses desde el inicio del contrato.


Para iniciar un proceso judicial relacionado con un contrato de alquiler verbal, es esencial preparar adecuadamente la demanda. Esta debe incluir certificaciones que el demandante debe obtener, tales como la certificación del alquiler relativa al registro del contrato y la certificación del depósito del alquiler. Estas certificaciones suplen la ausencia de un contrato escrito y son fundamentales para fundamentar la demanda.


La importancia de cumplir con estos procedimientos legales no puede ser subestimada. Registrar el contrato y cumplir con los requisitos establecidos por la ley no solo protege a ambas partes, sino que también facilita la resolución de conflictos en caso de disputas. Además, proporciona una mayor seguridad jurídica a las transacciones inmobiliarias, fomentando un ambiente de confianza y estabilidad en el mercado de alquileres.


Finalmente, es crucial que tanto propietarios como inquilinos comprendan y respeten las disposiciones legales relacionadas con los contratos de alquiler, ya sean verbales o escritos. Esto no solo asegura el cumplimiento de las obligaciones contractuales, sino que también contribuye a un sector inmobiliario más justo y eficiente.



Salomón Ureña Beltre

Abogado

salomonbeltre@me.com

Elecciones Dominicanas: El Camino Hacia un Futuro Prometedor

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En un día crucial para la República Dominicana, los ciudadanos acudirán a las urnas para elegir a las autoridades que nos guiarán durante los próximos cuatro años. Este proceso electoral no solo cierra un ciclo, sino que también abre un abanico de oportunidades para mejorar diversos aspectos de nuestra sociedad.

Las próximas autoridades enfrentan desafíos significativos que requieren atención inmediata y estrategias a largo plazo. Primero, la situación económica demanda un enfoque robusto para fomentar el crecimiento, mejorar el empleo y aumentar la inversión extranjera. Es vital adoptar políticas que no solo impulsen la economía, sino que también aseguren la equidad en la distribución de la riqueza.


En cuanto a la migración extranjera y la situación fronteriza, se necesita un equilibrio entre la seguridad y los derechos humanos. Las políticas deben ser justas y enfocadas en la integración y el respeto mutuo, aspectos fundamentales para la cohesión social y el desarrollo económico.


El sector de obras públicas también es crucial. Inversiones estratégicas en infraestructura pueden ser el motor de transformación que impulse tanto la economía como la calidad de vida de los dominicanos. Es imprescindible que las obras públicas se gestionen con transparencia y eficacia, minimizando la corrupción que tanto ha mermado nuestro desarrollo.


Además, la corrupción en general debe combatirse con mano firme. La implementación de medidas más estrictas y sistemas de rendición de cuentas claros son esenciales para recuperar la confianza en nuestras instituciones.


La juventud y la educación representan otra área crítica. Invertir en educación es invertir en el futuro. Nuestros jóvenes necesitan habilidades que los preparen para un mercado global competitivo y dinámico. Esto incluye no solo mejorar la calidad educativa sino también asegurar el acceso a la educación para todos los sectores de la sociedad.


En cuanto al manejo de los recursos públicos y el presupuesto nacional, es crucial que se asignen partidas justas para sectores fundamentales como la justicia y la seguridad social. Un enfoque equitativo en la distribución del presupuesto garantizará que todas las áreas, especialmente aquellas que protegen los derechos y el bienestar de los ciudadanos, sean adecuadamente financiadas.


Estos son solo algunos de los desafíos que enfrentan nuestras futuras autoridades. Sin embargo, con un enfoque comprometido y transparente, podemos superar estos obstáculos y avanzar hacia un futuro más próspero y justo para todos los dominicanos.



Salomon Ureña Beltre

Abogado - Notario.

La migración, los derechos humanos y los gobiernos actuales

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La migración representa uno de los mayores desafíos para los gobiernos contemporáneos. En un mundo ideal, la gestión de este fenómeno no debería entrar en conflicto con los derechos fundamentales de aquellos que, motivados por diversas razones, enfrentan estas a menudo arduas travesías.


Cuando se trata de un tema tan delicado como la inmigración, es esencial buscar soluciones justas que equilibren el respeto por los derechos humanos con la aplicación de las leyes y normativas de cada país. Entendemos las preocupaciones que emergen respecto al manejo de estas situaciones, tanto en el ámbito gubernamental como en las interacciones diarias entre las personas.


Frecuentemente, observar eventos que parecen desafiar el orden establecido puede generar frustración. Sin embargo, es crucial entender que el enfado generalizado hacia colectivos enteros no facilita la búsqueda de soluciones constructivas. La realidad migratoria es compleja y demanda un enfoque equilibrado: es legítimo demandar transparencia y legalidad, pero también es fundamental promover el respeto y la dignidad hacia cada individuo, sin importar su procedencia.


Los gobiernos deben colaborar estrechamente con organizaciones internacionales, no con el fin de satisfacer agendas ajenas, sino para robustecer sus políticas migratorias. 


Estas políticas deben proteger las fronteras de manera efectiva y humana, considerando también las repercusiones socioeconómicas de la migración. Aunque la cooperación internacional es valiosa, debe estar alineada con las necesidades y legislaciones nacionales.


El equilibrio es fundamental. Buscar soluciones que aborden tanto los aspectos legales y de seguridad como los humanitarios es esencial. A través del diálogo y el desarrollo de políticas que reflejen justicia y humanidad, podemos avanzar en la resolución de esta compleja problemática.



Salomón Ureña Beltre

Abogado.