Corralito en Grecia, La Unión Europea en Cuidados Intensivos

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Fue en diciembre del año 2001 cuando por vez primera nos percatábamos como se restringía la libre disposición de dinero propiedad de los depositantes en una economía estatal. El Corralito se llamó. Fue concebido en la Argentina durante el gobierno presidido por Fernando de la Rúa, de quien nos llega a la memoria las imágenes transmitidas por televisión que mostraban como huía despavorido en un helicóptero dejando acéfala la Casa Rosada, temeroso de ser alcanzado y quedar a merced de los ciudadanos que parapetados al frente del solio presidencial daban muestras de penetrar a su interior con el intencionado propósito de exigirle cuentas del destino de sus recursos.

En efecto, la economía argentina llegó a niveles de crisis tan profundas que el sistema bancario de la nación se vio prácticamente colapsado. Se sembró la base de lo que luego pasó a ser denominado el Corralón, una especie de patrocinio de medidas más radicales en torno al manejo del dinero de los ahorristas, provocando una inestabilidad política de tal magnitud, que en apenas meses se sucedieron en cascadas cinco gobiernos, ninguno de los cuales pudo soportar la presión que ejercía la sociedad que reclamaba puntuales respuestas en torno a sus recursos económicos.

Se les impuso a los usuarios del sistema bancario solo poder liberar unos US$250.00 diarios, que para la fecha estaba a la par con su moneda de circulación nacional, el peso.

Pérdidas de vida humanas, manifestaciones sociales, alteración del orden legalmente establecido, daños a la propiedad pública y privada, desafío a las autoridades y recrudecimiento de medidas antisociales fueron apenas algunos de los resultados que causaron las restricciones adoptadas por los gobiernos que presidían la dirección del Estado de esta nación sudamericana entre los años 2001 al 2002.

Los que han analizado con mayor conciencia y que más versados son sobre el tema, sugieren que fue durante los gobiernos de Carlos Saúl Menén que se sentaron las bases que encausaron estos lacrimosos episodios de la vida política y económica de la Argentina, al provocar un déficit fiscal de cerca de US$7,500 millones durante el decenio del 1989 al 1999.

La especie cambia de escenario, y se reproduce en un continente donde era impensable que semejante fenómeno se reprodujera; se da catorce años después en las tierras más prósperas de nuestro planeta, en Europa, la misma que se ufana por tener los mejores niveles de vida alcanzados a favor de sus ciudadanos, la que mejor administra y distribuye sus riquezas, la que airea ser celosa del cuidado del estado de bienestar colectivo; pero que sin embargo, es la misma que ha sido castrada por gestores de una economía que ha estado dando todo tipo de traspiés sin saber dónde y cómo exactamente aplicar satisfactoriamente sus recetas financieras, hasta el extremo que ha llevado al vía crucis más tormentoso e insalubre de un Estado como el greco, el que de donde todos venimos, al decir de Cicerón, arrodillando a más de diez millones de habitantes tras la muestra de su falta de capacidad de pago de su deuda externa.

Hoy la economía greca diluye por sus venas el desangre de un estado de bienestar que le fue ofertado a cambio de llevar una vida pública estatal desordenada, incapaz de haber renovado sus estructuras de producción, y de innovar hacia medios alternativos que le procuraren crecimientos sostenibles de sus riquezas a largo plazo, todo a cambio de asumir una vida placentera sostenida sobre el endeudamiento público exorbitante que hoy la postra como lastre merecedora de un destino incierto.

Con una economía que puede volcar a la gente a expresarse contra el status quo, alterándolo a extremos que pueda llegar a ser considerada por sus pares como una nación inviable, y por consecuencia inelegible para formar parte de la gran Comunidad Económica Europa.

A Grecia ha llegado el corralito abriéndose espacio en la banca, a partir de la cual comienza a generar su influencia con medidas prohibitivas que van desde impedirle a los usuarios del sistema hacer uso restringido de sus propios recursos depositados, los que solo podrán acceder a retirar sesenta euros diarios, así como sufrir el aumento sobre el cien por ciento en las tasas impositivas de importantes tributos, además de asumir la disminución palmaria de las subvenciones debidas por concepto de pensiones y retiros, tras la reestructuración por modificación de las leyes en esta materia.

Con esta muestra del nuevo sistema de corralito ampliado es que tienen que convivir los nuevos pobres europeos. 

No nos extrañemos ver en pocos días como comienza a desmoronarse la paz social en Grecia, lo que ocurrirá en la medida que comiencen a tener efectos las nuevas políticas económicas a ser aplicadas por el Primer Ministro Alexis Tsipras, las que procuran esencialmente asegurar el pago a sus acreedores, a los que que se les deben cerca de 307 mil millones de Euros, e impedir la salida, casi inminente, del país de la Eurozona.

Los aprietos por los que atraviesa Grecia acorralan a sus ciudadanos de manera más contundente que como vivieron en su tiempo los argentinos la propia, amén de que las amenazas que se ciñen sobre la estabilidad, permanencia, e integración de los Estados miembros de la Comunidad Económica Europea, por causa del país heleno, alcanzan niveles de desconfianza alarmantes, cuyas derivaciones pudieran producir el desmembramiento de esta comunidad de naciones, la más importante que ha alcanzado la humanidad, lo que de producirse afectaría de manera directa la vida de sus más de 500 millones de personas, población sobre la cual gravita la influencia de sus 27 naciones unidas, que mancomunadas como están, constituyen el bloque económico, militar, y político más poderoso e influyente del mundo. 

La experiencia nos dice que de un corralito se puede pasar a un corralón, más uno y otro pueden conducir a una crisis política y económica de insospechadas derivaciones. 

¿Cuáles serán las medidas que adoptará finalmente la Europa unificada de frente a la crisis greca, cuáles serán las ramificaciones que a lo interno de Grecia suscitarán estos eventos? 

Esperemos, estemos atentos…


Salomón Ureña BELTRE.
Abogado - Notario.
Wamcho’s father.

www.salomonbeltre.com

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