Grecia - Deuda Externa - Alexis Tsipras.

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Se sabe que la soberanía de los pueblos radica en su gente, en sus ciudadanos, y así lo ha ratificado Grecia al decidir en las urnas como su nuevo primer ministro, al señor Alexis Tsipras, un joven de apenas 40 años de edad, esencialmente pragmático, de carácter templado, firme y audaz, perteneciente a la Coalición de Izquierda, Syriza, y al Movimiento Ecologista.

Alexis Tsipra tiene varias metas que alcanzar durante su gobierno, y entendemos que la más importante es mantener a Grecia en el Club del Euro, lo que ha estado amenazado desde que se proyectaba su triunfo. Además tendrá que poner en marcha toda sus habilidades para crear los mecanismos que hagan crecer el tamaño de su economía más allá del 2% que es el que apenas representa Grecia para toda Europa. 

Unido a sus particulares atributos, este joven se ganó el respaldo de un pueblo que ha sido víctima de la estela política que ha fomentado en la práctica de la corrupción, del clientelismo, y del gasto público exorbitante, su habitual modus operandi, convirtiéndola en una de las economías más empobrecida de toda Europa. Grecia ha alcanzado una deuda pública que representa el 176% de su Producto Interno Bruto, con un paro laboral del 29%, solo en los últimos tres años, cerca de 900 mil personas han perdido sus empleos, la mayoría del sector privado, y a los que han podido mantenerlos han visto como se les ha reducido hasta un 40% su salario, y de las pensiones, y como golpe de madre, el gobierno se ha ingeniado una tasa a la propiedad inmobiliaria, la que se genera a través del recibo de la energía eléctrica, por lo que al presente existen más de 300 mil hogares sin electricidad, por no poder pagar aquella dicha tasa, por demás son muchos los que optan por vender a precios vil sus viviendas, prefieren no ser propietarios ante las cargas que les representan, y en fin, la renta de las familias normales ha bajado un 40% por ciento durante la crisis que se originó en el 2008, todo se refleja como un cuadro dantesco, oscuro y sin salida en la víspera. 

De una manera desproporcionada, los grecos han acumulado una deuda de 315 mil millones de euros, a la que tendrá que hacerle frente el programa de gobierno que debe presentar Alexis Tsipras al Parlamento en la próxima semana, el que debe tener por finalidad impulsar el plan de rescate de su despreciada economía. Solo en costes sociales inmediatos, el nuevo primer ministro se debate en como enfrentar un deficit de 12 mil millones que le ha legado su predecesor. No hablemos de los exagerados costos que hay que asumir antes de mediados de este año como consecuencia del pago de los servicios de su altísima deuda externa.

Ya lo dice la Troika, Europa no tiene interés de reaccionar contrario a los intereses del nuevo gobierno presidido por Alexis Tsipras, siempre que éste reconozca que debe mantener vigente y en contexto las modalidades de las obligaciones bajo cuyas condiciones ha sido contraída su voluminosa deuda externa.

Tangensialmente, el nuevo primer ministro izquierdista, ha dado demostraciones de querer condicionar el pago de los compromisos de deuda de Grecia, supeditándolo al crecimiento de su economía, además de que se presta a someter un conjunto de medidas que al decir suyo no conducen a la austeridad, pero que en términos concretos así lo parece; verbigracia al escoger su gabinete, lo ha hecho nombrando apenas 11 de los 18 ministerios de que antes de su asunción estaba diseñado el areópago helénico; como nota resueltamente negativa, entre todos, no nombró a una sola mujer en su consejo de ministros. 

Es importante que ambas partes, esto es, la Troika y el nuevo gobierno presidido por Tsipras, mantengan el necesario equilibrio de manera no se alteren los ánimos y devenga una posible ruptura de las relaciones entre ambos frentes que incentive el alejamiento de Grecia del bloque económico europeo, lo que implicaría la primera y más importante ruptura de esta envergadura en el entorno de la zona euro, y tras ello una verdadera catástrofe para el aun nuevo concierto de naciones.

Quiérase o no, aun siendo este un momento crítico para Grecia, no se debe tomar esta como una excusa para excluirla del centro de la Comunidad Económica Europea. Una buena muestra de que se puede mejorar su situación actual, lo representa precisamente Alemania, la que recordemos sufrió iguales calamidades tras las imposiciones que les resultaron como consecuencia de las guerras mundiales del pasado siglo XX, la que por aplicación de las sanciones impuestas por los vencedores, 25 países en total, encabezados por los Estados Unidos de América, Inglaterra y Francia, les eran muy adversas. Pues en aras de conseguir una rápida recuperación de su economía, los alemanes gestionaron y obtuvieron bajo el Acuerdo de Londres en el 1953, una reducción del 62% de la deuda que había generado fruto de dichas guerras, y gracias a esto pudo generar una pronta recuperación.

Unicamente, en el liderazgo europeo, ha sido la canciller alemana, Angela Merkel, la única que se ha atrevido a sugerir la salida de Grecia de la zona euro, y aunque Bruselas ha sido muy dura, no ha llegado hasta tales extremos. La posición de la Merkel ha hecho que se le recuerde que Alemania aun le debe el equivalente a 7 mil millones de euro por indemnización de guerra a Grecia.

Indefectiblemente los griegos deben encarar grandes sacrificios, pero además debe haber respaldo de la solidaridad internacional, como bien lo ha mencionado el Presidente del Instituto de Investigación Económica de Munich, Hans-Werner Sinn, al señalar que a Grecia se le debe anular la deuda, aunque ello signifique la pérdida inmediata solo para Alemania de 76,000 millones de euros.

España que representa el 17% de las riquezas de los países de la Unión Europea, no sería menos afectada, la que podría estar perdiendo en caso de que se adopte el quite de la deuda, unos 26 millones de Euros, mismo monto que requiere para hacerle frente a los planes de seguridad social durante un año, pero igual estarían siendo perjudicados Francia, Holanda, Inglaterra, la propia Alemania, entre otros, y aunque bien se sabe que las masas no suelen adoptar principios estables de conductas, hay momentos, como el actual, en que se debe liderar acontecimientos cuyas metas aun parezcan difíciles, sean afrontadas conscientemente en términos absolutamente grupales, y esta parece ser la filosofía de Alexis Tsipras, quien ha salido por toda Europa a colectar cooperación de gobiernos amigos en provecho de su causa, el quite urgente de la deuda.

Regresar al antiguo estadio que representaba esta otrora buena economía es y debe ser la meta del conjunto de los entes que la conforman, incluyendo a la Iglesia Ortodoxa, la más grande terrateniente del país, los banqueros y los fabricantes de barcos, que son los sectores que más generan ingresos y que menos participan en la contribución fiscal, a ellos se les debe desmontar el blindaje legal que han impuesto para evadir su responsabilidad frente al fisco.

Organizar la economía de Grecia en busca de nuevos horizontes que implique recobrar la felicidad de sus ciudadanos es lo que debe trillar el nuevo gobierno de Alexis Tsipras, quien por lo visto está dispuesto a encararlo, y para ello tiene liderazgo. Los retos que tiene por delante son serios, debe crear las bases para lograr un crecimiento sostenido de un siete por ciento anual durante los próximos treinta años, según los economistas, una meta difícil de alcanzar, aunque exista conjunción de propósitos colectivos. Bien se sabe que las masas no suelen adoptar principios estables de conductas, pero este es un momento en el que deben sus ciudadanos abanderar junto a su actual primer ministro, los desafíos que les depara el futuro inmediato, tal y como el quite urgente de esa tan pesarosa deuda externa.

Muchísimo-s son los escollos que deben afrontar las nuevas autoridades del país al cual tanto le debe la humanidad por haber descubierto la Democracia, de habernos mostrado el camino de la Filosofía, de los primeros conocimientos de la Economía Nacional, y de ser una fuente histórica e inagotable de sabiduría, pero no menos son los medios de que dispone su renovado liderazgo político, los que sabiendo sortear las dificultades, podrán superarlas, y alcanzar los propósitos firmes que deben primar en la obra de gobierno que  ha proyectado en beneficio del aspirado Estado de Bienestar.


Salomón Ureña  BELTRE.
Abogado – Notario Público.
Wamcho’s father.

www.salomonbeltre.com

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