46664 es el número bajo el cual se clasificó al
prisionero 466 del año 1964, que luego se convirtió en el que quizás se puede
definir sin temor a excesos, como uno de los hombres más grandes que ha parido
la humanidad, Nelson Rolihlahla Mandela, Madiba[1].
El haber sido mantenido en
prisión por más de 27 años -1963-1990-, muchos de ellos en condiciones
infrahumanas, con periplos en los que se vio sometido a penas de trabajos forzados
inclusive, otros sustraído de toda interacción con el exterior, permitiéndosele
limitadamente solo una visita cada 6 meses, tragedias que no fueron suficientes
para hacer malear su determinación ni óbice para llevarlo a deponer su ideal, el
cual parece haber sido inscrito como designio de los cielos en su aura
existencial. Este hombre era poseedor de un
secreto que lo llevó a la inmortalidad.
Fue decidido, visionario, no
se dejó doblegar por las circunstancias, las que quizás de haberle sucedido a
un amilanado pudieron haberle plegado, pero el carácter de éste personaje fue
mucho más fuerte que las fatalidades que les impusieron sus verdugos, a todos los cuales, luego de conllevar el martirio
impuesto supo perdonar genuinamente.
Estudió por correspondencia
la carrera de derecho[2]
de la que se graduó en el 1952, habiendo luego instituido en el 1958 el primer
bufete de abogados de negros, el cual dedicó a prestarle servicios jurídicos de
manera gratuita a todos los que fueran perseguidos por el régimen gobernante de
entonces.
Madiba no era hombre común, fue hijo del rey
de la comunidad de donde nació, miembro de la aristocracia, lo cual aunado a su
particular interés y determinación de influir favorablemente en la vida de los
demás, lo llevó a escalar hasta
convertirse en miembro del Congreso Nacional Africano (CNA), en el cual fundó
la rama juvenil del Congreso, siendo esta su primera experiencia como dirigente de masas.
Lideró la lucha para liberar a África del hambre, el analfabetismo, la
pobreza, la ignorancia, el miedo, etc. Estos que
pueden ser considerados de sus mejores legados los que habrán de perdurar por
siempre y que deberán sembrarse en las mentalidades de todos los jóvenes del
mundo como bien lo expusiera el papa Francisco.
Hombre de acción que nunca
temió tomar las armas para la lucha, bien la pluma, ora su franca determinación
en pro de una causa en la que siempre creyó, la que tenía muy bien definida
como era la de hacer que los seres humanos de su nación pudieran convivir
unidos sin importar su raza, bajo su filosofía de que Sudáfrica le pertenecía a todos los que habitaban en ella, o lo que es
igual que ningún hombre tuviera dominio sobre otro, contrario a la
política practicada bajo la forma de racismo
institucionalizado como el instituido por
la minoría blanca que subyugó al país al ostracismo por más de trescientos años.
Luchador y vencedor contra la
segregación y el Apartheid, que no era más que la separación en la que se
pretendió mantener a los seres humanos de diferentes razas que habitaban dentro
del territorio sudafricano, con el mero propósito de favorecer una raza sobre
la otra, cuyos resultados todavía se pueden hoy día cuantificar en que el 80%
de las riquezas eran recogidas para llenar las arcas de la raza blanca mientras
que el restante 20% a la reza negra, siendo la blanca, minoría absoluta, como
ya hemos dicho.
Por ser un contradictor del inveterado status quo que pretendían hacer mantener a toda costa quienes lo
auspiciaban, fue objeto de persecución sistemática de parte del gobierno y de
todas las autoridades de la época, los que finalmente lograron diseñar toda una
estructura que le facilitó llevarlo a los tribunales como acusado de varios
crímenes tales como rebelión, incitación y otros.
Durante su encausamiento procesal prefirió
asumir su propia defensa, calificando como injusto e improcedente que lo
juzgaran con una composición judicial que
a todas luces vislumbraba condena, descalificando muy especialmente al Tribunal
de Johannesburgo para su juzgamiento sustentando su alegato en que: “Cómo es que yo siendo un hombre negro me
presento para ser juzgado frente a un juez blanco, un fiscal blanco, a un
tribunal completamente blanco, en fin a una estructura judicial y estatal
completamente blanca?
No menos razón tenía cuando en 1962, la estructura
judicial influenciada de tantas maneras, emitió una sentencia con contenido
sancionatorio.
Al verse irremediablemente
condenado por la imputación de incitación y rebelión y por tramar contra el
gobierno, cuya condena de cinco años le pareció muy poca a sus verdugos, luego
de tenerlo cumpliendo la pena impuesta, procuraron por todos los medios reunir
los elementos acusatorios adicionales que le permitieran juzgarlo, logrando finalmente
encausarlo en los famosos “Juicios masivos por
traición”, los que duraron poco más de ocho meses de instrucción, culminando con una
de las sentencias más aborrecibles de todos los tiempos. Su condena y las de
sus compañeros de luchas, prisión perpetua.
Ejerció el derecho de llamar a las masas a la
desobediencia civil, al estilo de la “resistencia no violenta” de Mahatma
Gandhi. Redactó la carta de derechos, hoy llamada Carta de la Libertad. Por los
derechos individuales de las personas expresó alguna vez que: “Es un ideal por el cual estoy decidido a
morir”. Durante su presidencia hizo promulgar la Constitución más avanzada
que haya tenido Sudáfrica en todo su
devenir histórico.
Su ideal de lucha y
comportamiento afectaron muchos intereses, al extremo que fue considerado como
terrorista por los Estados Unidos de América, condición que le fuera retirada recientemente
en el año 2008. Hoy día el presidente de esta Nación, Barack Obama, lo reconoce
como su paradigma, que todo cuanto él es hoy día se debe a lo que aprendió de
Nelson Mandela. Fue el primer mandatario del globo que dejó claro su intención
de asistir a su funeral.
Venezuela fue el primer país
en declarar tres días de luto nacional, para lo que se instruyó que la bandera
fuera puesta para que ondeara a media asta en toda la nación, luego se sumó Cuba,
los Estados Unidos de Norteamérica y la propia República Dominicana lo hizo
mediante el Decreto 330-13 del 6 de diciembre del 2013, entre otras naciones.
Madiba no solo logró
congregar a todos los habitantes de Sudáfrica, sino que durante su periplo
presidencial (1994-1999), consiguió que su país restableciera relaciones
diplomáticas con China en el año 1999, e influyó con su muerte para que se
produjere un acercamiento, no obstante el embargo impuesto por los Estados
Unidos de América a Cuba desde 1959[3],
cuyos países sin mantener relaciones diplomáticas desde 1961, sus lideres
actuales, Barack Obama y Raúl Castro, concitados en los actos fúnebres, obviaron
sus diferencias para entrelazarse en un fuerte apretón de manos, con lo que
enviaron un mensaje de hermandad a todo el mundo, lo que puede abrir a futuro,
quién lo sabe, una puerta de distención entre la patria de José Martí, y la de George
Washington.
Mandela cultivó una gran e
intima amistad con la Reyna Isabel II de Inglaterra, lo que le valió quizás el
merito de ser el primer negro en tener su propia estatua en Westminster, Reino
Unido.
Considerado por Jesús Posada,
presidente del Congreso español, como digno de ser presidente de toda la
humanidad y por Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, como modelo de
dignidad, y así no hay líder mundial que haya dejado de expresar el loable
significado de la vida de este gran ser humano, todos lo han vitoreado como un ícono
de la dignidad, de la libertad, del amor al prójimo.
Finalmente la luz vital de Madiba
se apagó a la edad de 95 años en la madrugada del 5 de diciembre del 2013, su
sepultura se previó para el 15 del mismo mes, a la cual se prevé la asistencia
de las más importantes personalidades del mundo de la política, las artes y las
ciencias, y de manera muy especial, todos aquellos que se sienten agradecidos
de su fulgurante estrella existencial que tanto influyó para hacer de este un
mundo positivamente diferente.
El sentir por su partida nos
provoca llorar desconsoladamente a los de todos los colores, los de todas las
nacionalidades, sin importar tal vez que no haya sido un hombre de todo
impoluto comportamiento.
Salomón Ureña BELTRE.
Abogado – Notario.
Wamcho’s father.
809-353-5353
salomonbeltre@gmail.com
[1] Calificativo que reciben los de mayor edad y experiencias del
clan al que pertenece Nelson Mandela.
[2] Fue expulsado de la Universidad en la que comenzó a estudiar
derecho porque antes había exigido mejoraran la calidad de la comida que preparada
y servida a los estudiantes era de muy mala calidad.
[3] Hubo un acontecimiento parecido entre el expresidente Bill
Clinton y Fidel Castro en septiembre del 2000
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