Han sido multimillonarias las
inversiones realizadas, las que han parido desde puentes, elevados, túneles,
avenidas, calles, carreteras, escuelas, hospitales, viviendas, presas y la obra
cumbre: El diseño del circuito de redes del tranvía para el Metro de Santo
Domingo, habiéndose alcanzado la construcción de las dos primeras líneas de su
infraestructura dentro de la demarcación comprendida de manera concentrada al
Distrito Nacional.
El Presidente Fernández ha dado muestra
de la satisfacción que siente por el desempeño alcanzado por su gobierno en el
área de las construcciones de las obras públicas en sus diversas gestiones. De
igual manera gran parte de la población reconoce el desarrollo que hemos
alcanzado en este importante sector a partir del cual se toman las parámetros
para valorar si una obra de gobierno merece o no ser aprobada en sus ejecutorias.
No obstante, estas obras no solo deben
brindar satisfacción por estar a la vista de todos, si no que además deben ser
útiles en todo lo referente a los accesorios que deben acompañarlas. Se
necesita que satisfagan a cabalidad las razones por las cuales fueron diseñadas
y construidas, deben alcanzar al mayor grupo de beneficiarios posibles, lo que
se logra, la mayoría de las veces hasta con exiguos recursos.
En este sentido, es urgente la
construcción de puentes peatonales que complementen algunas de las obras
importantes construidas recientemente como es el caso de la salida del túnel de
la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde amén de provocarse un atasco
vehicular en la puerta Este del recinto universitario, la comunidad estudiantil
está constantemente expuesta a grandes peligros debido a que los vehículos que
transitan por el túnel, tras salir se encuentran de manera inadvertida con los
peatones que deben cruzar la vía para llegar hasta el campus universitario.
De igual manera, la George Washington
que es una avenida de alto y rápido tránsito, carece de un puente peatonal por
los frentes de la Universidad del Caribe donde hemos vistos a través de los
medios de comunicación la ocurrencia de varios accidentes de vehículos de los
que han resultados seriamente lesionados algunos estudiantes al intentar cruzar
esta amplia y peligrosa avenida.
Son muchas y muy valiosas las vidas de
seres humanos que se han perdido al tratar de cruzar las calles y avenidas de
nuestra ciudad capital y cuantiosísimo los recursos desperdiciados y tiempo
perdido por la falta de algunos detalles complementarios de las obras que por
ser públicas ameritan de mejor diseño y terminación.
Con relación a los frecuentes
taponamientos que se producen en las bocas de los elevados, estos ocurren
esencialmente en los que constan de solo dos carriles por dirección y que están
situados en las avenidas de más alto tránsito como son: Avenida John Fitzgerald
Kennedy, 27 de Febrero, entre otras. Entendemos a ojo de inexperto pero de
afectado directo, que los mismos pueden ser resueltos, tratando de extender a
tres sus carriles y mejorar las entradas de los vehículos a los mismos.
Solo tenemos que observar que en los
elevados que han sido construidos en el llamado Corredor Duarte, la mayoría de
tres carriles por dirección, en ninguno se producen los enfadados taponamientos
vehiculares, la diferencia estriba en que estos tienen un carril adicional a
los demás.
Las arcas del Estado cuentan con los
recursos económicos y técnicos para construir los elevados que hacen falta, y
reorganizar el tránsito vehicular en las diferentes arterias de la ciudad para
así lograr la disminución de pérdidas de vidas humanas, ahorro de combustibles,
menores daños a la propiedad privada, y mayor satisfacción de vivir en una
ciudad menos contaminada.
Hay que enfocarse en los aspectos técnicos para
impedir la aprobación de proyectos arquitectónicos de obras públicas donde no
se priorice lo sustancial de las mismas, esto es la colectividad en su
conjunto.
Salomón Ureña B E L T R E.
809 353 5353
809 381 4353
salomonbeltre.blogspot.com
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