En Defensa de la Isla Saona

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Con la pretendida intención de las autoridades nacionales de permitir al Comando Sur de los Estados Unidos de Norteamérica la construcción e instalación de una base naval y un muelle en la Isla Saona se violentan las leyes de la República y causan el consabido malestar de toda una ciudadanía que está hastiada de tantos vaivenes con que se maneja el ámbito de la protección de los recursos naturales en nuestro país.

Este hecho no sólo conlleva la vulneración de nuestra soberanía, la que en sentido estricto está articulada en nuestra Carta Sustantiva, siendo esta una de las instituciones que los Dominicanos hemos sabido atesorar en nuestro devenir como nación, cuya enseñanza nos viene dada de nuestro padre fundador de la Patria, Juan Pablo Duarte, quien sentenció que: "Nuestra patria ha de ser libre, soberana y independiente de toda dominación extranjera o que se hunda la isla", si no que se lleva de encuentro además, toda la debida protección que se le debe a nuestros recursos acuíferos.

Los grupos organizados han demostrado de manera categórica que deben ser considerados en ocasión de los gobernantes tomar ciertos tipos de decisiones. La mejor muestra es de muy reciente ocurrencia cuando revestido de las facultades a protestar que tienen los ciudadanos, éstos se empoderaron y en colectividad se arreció una sería oposición a que fuera instalada una fábrica de cemento en el Parque Nacional de los Haítises, lo que se entendía afectaba los intereses colectivos nacionales. En aquella oportunidad la vehemente determinación de los grupos organizados pudo impedir se concretizara el pretendido desacierto, lo que se espera se reproduzca en esta nueva amenaza avisada.

La Isla Saona pertenece a la red de unidades naturales protegidas y que es parte del Parque Nacional del Este, del cual posee la mayor cantidad de reservas ecológicas. Mide unos 110 kilómetros cuadrados; cuenta con preciosos arrecifes coralinos, deviene en una importante reserva de especies endémicas y riqueza florística, cuya desaparición no debe ser propiciada.

No se debe considerar como una simple reacción que nace de la pura inconformidad la oposición a la instalación de la referida base naval, sino más bien, como una manera de los dominicanos traducirle a las autoridades que no toleraremos decisiones que atenten contra los intereses comunes a todos los que habitantes de nuestro país.

La instalación de la referida estancia militar no solamente revela la permisibilidad y servilismo de las autoridades nacionales hacia las de ultramar, sino que además expresan el descaro con que se permite la vulneración de los cañones constitucionales que son inclusive, de recientes promulgación en la República Dominicana.

Cabe preguntarse, cuáles serían los beneficios palpables que obtendría nuestro país con la instalación de esta estación militar? Por qué existe tanto interés de utilizar esta área para disminuir supuestamente las actividades del narcotráfico y evitar el trasiego de personas hacía la Isla de Puerto Rico? Por qué no lo resuelven los dominicanos, máxime cuando se habla de que la inversión presupuestada no alcanzaría sino apenas un millón y medio de dólares? No tienen las autoridades nacionales estos nimios recursos para ampliar la base con que cuenta la Marina de Guerra en esta zona?

Es qué acaso las autoridades nacionales se creen que los dominicanos no hemos recobrados la capacidad para reaccionar de manera categórica ante tales desmanes?

Este tema que enfocado sólo desde el punto de vista de una supuesta defensa estratégica no resarce al Poder Ejecutivo frente a la ciudadanía. Entendemos que tampoco le favorece desde la óptica a los daños que a la soberanía, la ecología y a la calidad de vida que merecemos tener los dominicanos.

Diversos sectores representativos de la colectividad nacional se han expresado en contra de la construcción e instalación de la referida base militar, muy especialmente la autorizada y respetada Academia Dominicana de Ciencias, la que ha advertido que la Isla Saona sólo debe abordarse para la investigación científica y para promocionar el ecoturismo. De modo contrario, sus recursos naturales podrían ser seriamente afectados si se tolera su uso para los fines detectados.

La Isla Saona es una de las principales reservas ecológicas con que cuenta el país. Por qué pues enfocarse en ella para trazar supuestos instrumentos de defensas que a la larga desaparecerán sin dejar huellas de su existencia, como lo es la supuesta lucha contra el narcotráfico?

En definitiva, para que el gobierno permita abordar esta zona para la instalación de lo que se ha anunciado se deben tomar las previsiones para impedir que los daños que se prevén sean evitados o por menos reducirlos a su mínima expresión, y desde luego contar con la anuencia de la mayoría de los dominicanos, quienes como en otras ocasiones hemos afirmado, estamos empoderados y conscientes de saber echar la pelea ante tales despropósitos.

La instalación de una base naval en la Isla Saona de parte o con los recursos de una nación extranjera, vulnera la soberanía nacional, afecta nuestros recursos naturales y corroe la dignidad de todos los dominicanos.


En ningún caso se puede tolerar.


Salomón Ureña B E L T R E.
Abogado.
salomonbeltre@gmail.com

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