La
Constitución de Cádiz, por haber sido promulgada el día de San José, el 19 de
marzo del 1812, la llaman: La Pepa.
Su
elaboración se circunscribe al periodo en que para muchos ha sido una de las etapas
más turbulentas que ha tenido la historia de España, esto es aquella en la que
los franceses ocuparon gran parte del territorio ibérico por allá por el 1808, cuando
una vez el Rey Fernando VII fuera hecho prisionero, la Junta Central de
Regencia que gobernaba a España, convocara a elecciones para seleccionar a los
diputados que le dieran a esta nación una constitución.
En
efecto, los Constituyentes de Cádiz, dentro de los que se encontraba una
representación de Santo Domingo en la persona de Francisco de Mosquera, quien
al igual que todos los demás miembros convocados, más de trescientos en total,
le dieron a España su primera Constitución.
La
Constitución de Cádiz recogió las principales ideas liberales de la época, vino
a radicar un mínimo de garantías constitucionales; instituyó el principio de la
soberanía popular. Prohibió el tormento a los ciudadanos y prohibió la
incautación de sus bienes. Fijó el principio de que nadie podrá ser encarcelado
por más de 24 horas sin la autorización de un juez. Proscribió los
allanamientos sin orden judicial. La libertad de expresión fue consagrada con
limitaciones.
En
su contra se alega que no abolió la esclavitud y exigió requisitos casi inalcanzables
para los libertos poder alcanzar la condición de ciudadanos.
Fruto
de un tratamiento enraizado en toda la Europa de la época, esta Constitución no
contempló ningún derecho a favor de las mujeres, hasta el extremo que no fue
sino excepcionalmente que le hizo referencia.
Instituyó
como religión oficial y única a la Católica. Siendo más categórica aun, prohibió
de manera expresa la feligresía a cualquier otra religión en toda España.
Sin
menoscabo de lo que habremos de afirmar posteriormente, Santo Domingo, como
provincia de ultramar, tuvo que tolerar que este instrumento fuera
discriminatorio en exceso, debido a que esta segregaba entre los ciudadanos
españoles peninsulares o europeos de los hombres libres de color con ciudadanía
española.
Estableció
regímenes judiciales de diferentes envergaduras, los unos para las provincias
peninsulares y los otros para las provincias de ultramar. Para las primeras
instituyó un Tribunal Supremo como el órgano de mayor jerarquía en el
organigrama judicial y para las segundas, organizó una instancia denominada
Real Audiencia, la que hacía las veces de tribunal superior.
Aunque
España la promulgara en el mes de marzo del 1812, no fue sino hasta julio de
ese mismo año cuando esta Constitución fuera traída e inmediatamente promulgada
en nuestro territorio.
“La
Constitución de Cádiz fue jurada en América, y su legado es notorio en la mayor
parte de las repúblicas que se independizaron entre 1820 y 1830. Y no sólo
porque les sirvió como modelo constitucional en diversos órdenes sino, también,
porque esta Constitución estaba pensada, ideada y redactada por representantes
americanos como un proyecto global hispánico y revolucionario.”
Muy
a pesar del futuro de España, esta Constitución fue tratada como marioneta
tanto por el Rey Fernando VII, quien luego de su asunción al poder en el 1814
la derogó junto a la legislación dictada al amparo de la misma, y así lo
hicieron sus continuadores lo que conjugado con diversas causales que afectaron
el devenir progresista español esta fuera dejada sin efectos en diversas
ocasiones, debiendo ser promulgada una y otra vez tanto en 1820 como en 1836.
Es
sin dudas de ninguna índole, el Cuerpo Sustantivo más revolucionario luego de
la Constitución Norteamericana de 1776 y la de Francia de 1789, de la cual la
mayoría de las naciones del mundo han tenido que abrevar para instituir sus
propias Cartas Sustantivas.
Con
sobrada justeza el Rey de España Juan Carlos I, ha dicho en las festividades de
los 200 años de promulgación de este trascendental instrumento que: “La
Constitución de Cádiz fue un salto para el modernismo y para el desarrollo
político de España.”, y no menos certero fue el presidente del Gobierno
Español, Mariano Rajoy al decir que: “La
Constitución de Cádiz es una de las mayores aportaciones a la cultura política
universal.”
Salomón
Ureña B E L T R E.
Abogado
– Notario.
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