Reflexiones sobre la Política Fiscal y el Futuro de la República Dominicana

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El presidente Luis Abinader inició su gestión ofreciendo un proyecto de gobierno basado en la eficiencia y el uso racional de los recursos. Afirmó que no sería necesario instaurar nuevos impuestos ni reformas tributarias, pues las mejoras en la recaudación bastarían para fortalecer el erario. Estas propuestas alentaron a una ciudadanía deseosa de cambios concretos y sustentables. Sin embargo, la experiencia de su mandato ha evidenciado un panorama más complejo de lo esperado.


En un momento dado, se planteó un anteproyecto de ley para ampliar la base del ITBIS hacia un IVA más amplio, lo cual generó inquietudes, especialmente porque no se concretó el diálogo y consenso social que una propuesta de tal magnitud requiere. Si bien las intenciones oficiales se basaban en aumentar los ingresos del Estado, la reacción de diversos sectores mostró que existía una brecha significativa entre lo planeado y lo socialmente aceptable.


El intento de gravar rubros de la canasta básica y de presionar fiscalmente a la clase trabajadora suscitó un fuerte rechazo, evidenciando la necesidad de políticas más incluyentes y consensuadas. A pesar de ello, se retiró el proyecto sin una hoja de ruta clara para atender las necesidades de financiamiento de servicios esenciales. Casi simultáneamente, se aprobó un préstamo de 625 millones de dólares destinado a afrontar los apagones eléctricos y el cambio climático, lo que refleja una dinámica gubernamental que levanta interrogantes sobre el manejo de la deuda pública y el bienestar de las futuras generaciones.


Preocupa la aparente improvisación que rodea estas decisiones. El país requiere soluciones a largo plazo, basadas en un diálogo constructivo y en la transparencia de las acciones estatales. La ciudadanía merece saber cómo y cuándo se verán resultados concretos, especialmente en áreas clave como la educación, la salud y la estabilidad económica.


Señor presidente, su gestión representa la oportunidad de marcar un antes y un después en la historia política de la República Dominicana. Cumplir las promesas y trabajar en conjunto con todos los sectores de la sociedad no solo es deseable, sino imprescindible para afianzar la confianza en las instituciones y forjar un futuro sostenible. Mi llamado es a mantener un compromiso sincero con las necesidades de la gente, centrado en programas y políticas que equilibren la responsabilidad fiscal con la justicia social.


Al final, todos ansiamos una República Dominicana próspera, estable y capaz de brindar oportunidades reales a su población. Solo mediante un manejo responsable de los recursos, un diálogo abierto y la mirada puesta en las generaciones venideras podremos avanzar hacia ese objetivo. La urgencia de estos temas exige decisiones claras y coherentes, con el bienestar colectivo como pilar inquebrantable de toda acción gubernamental.



Salomón Enrique Ureña Beltre

Abogado - Notario Público

salomon@notariacentral.com

Una Visión Crítica del Gobierno Actual: Reflexiones y Preocupaciones

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La presidencia de Luis Abinader prometió cambios de gran alcance y una gestión transparente. Sin embargo, han surgido inquietudes en diversos ámbitos que merecen atención y un debate constructivo:

1. Cuestionamientos sobre Transparencia Financiera

Diversos analistas, incluyendo el economista Andy Dauhajre, señalan la existencia de empresas en paraísos fiscales vinculadas al presidente. Esta situación genera una percepción de incoherencia entre el discurso oficial, que solicita sacrificios fiscales a la ciudadanía, y la práctica de resguardo de capitales. Es fundamental que toda duda sea esclarecida, en beneficio de la confianza pública.

2. Elevados Niveles de Endeudamiento

El aumento acelerado de la deuda externa (alrededor de 46,000 millones de dólares en cuatro años) plantea interrogantes sobre el destino y la eficacia en el uso de estos recursos. La ciudadanía demanda rendición de cuentas más exhaustiva, especialmente cuando persisten falencias en servicios básicos como energía eléctrica, transporte e infraestructura.

3. Participación Democrática en las Reformas

Reformas como la del sistema tributario y del Código de Trabajo requieren un diálogo abierto, que involucre a todos los sectores. La impresión de que dichas medidas se impulsan sin el consenso social adecuado puede llevar a un clima de desconfianza y polarización.

4. Manejo de la Migración

El incremento en la concesión de visados y la ausencia de una política migratoria clara generan preocupación por la presión social y económica en zonas fronterizas. Para abordar eficazmente la cuestión, se hace imprescindible un enfoque estructurado, coordinado y transparente.

5. Asociaciones Público-Privadas

Las alianzas entre gobierno y sector privado pueden ser útiles para impulsar proyectos de interés nacional, siempre que exista equilibrio en la distribución de beneficios. No obstante, cuando el esquema favorece desproporcionadamente a un grupo privilegiado, surge la sensación de que el interés colectivo queda relegado.


En síntesis, aunque se reconocen avances en algunos campos, muchos dominicanos manifiestan la necesidad de mayor claridad y apertura en la toma de decisiones gubernamentales. Mantener el diálogo, fortalecer la transparencia y asegurar una distribución justa de los recursos son pasos esenciales para consolidar una democracia incluyente y un futuro próspero para todos.



Salomón Enrique Ureña Beltré

Abogado - Notario Público 

⎮ salomon@notariacentral.com 

La Obstrucción a Donald Trump en su Camino a la Presidencia ¿Fábula o Realidad?

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La política estadounidense contemporánea se encuentra en un estado de guerra ideológica, donde la estrategia primordial es obstruir a Donald Trump a cualquier costo. Con cada intento de asfixiar su candidatura mediante maniobras políticas y ataques judiciales, el sistema estadounidense desnuda su verdadera faceta: un espectro de intereses corporativos, de medios y políticos que aparenta ser democrático, pero que no duda en demonizar al que osa desafiarlo. La persecución que ha sufrido Trump es la máxima expresión de una política que busca borrar del mapa a cualquier individuo que amenace el status quo.


La resistencia del exmandatario no es casual. Su resiliencia desafía la maquinaria que, con un afán grotesco, intenta imponer la imagen de una “democracia” que realmente está más preocupada por controlar a quien considera “incontrolable”. Con su insistencia en postularse, Trump simboliza, para bien o para mal, la cara de una democracia desfigurada, donde las élites no titubean en recurrir al desprestigio, la desinformación y la vil difamación para enterrar cualquier disidencia bajo toneladas de bajeza moral.


La supuesta preocupación por la salud mental de Trump no es sino el pretexto cínico que utiliza una jauría insaciable para erosionar su credibilidad. Pero la ironía de este juego es que, al intentar descalificarlo, lo que se evidencia es un sistema político carente de verdaderos ideales democráticos. En lugar de un debate de ideas, asistimos a un circo donde los grandes intereses manipulan las reglas y tratan de moldear al electorado mediante el miedo y la desinformación.


Vivimos en el llamado “mundo libre”, en el que se proclaman los valores de la democracia y la libertad, pero los guardianes de esos valores han preferido desviar la vista de cualquier principio, asumiendo que el poder lo justifica todo. Se nos ha olvidado que, en una verdadera democracia, la última palabra la tiene el pueblo, y no los titiriteros de la información y el capital. Estos últimos, embriagados por la impunidad, han olvidado que la democracia implica respeto a la voluntad ciudadana, aun cuando esta no sirva a sus intereses.


Es indignante que, en lugar de defender el sistema de elecciones libres, las fuerzas políticas de Estados Unidos se han inclinado hacia la eliminación del opositor, convirtiendo la competencia en un campo de batalla sin reglas donde la democracia es la primera víctima. Al atacar sin tregua a Trump, se ha desfigurado el bipartidismo, degenerándolo en bloques ideológicos irreconciliables, envenenados por la imposibilidad de convivir sin recurrir a las artimañas más oscuras y mezquinas.


Si el sistema continúa así, los estadounidenses se verán forzados a asumir que su voto es simplemente un simulacro. La obsesión por impedir el avance del candidato republicano solo anuncia un horizonte oscuro, donde la desesperanza se convierte en un reflejo del fracaso de una democracia que, al negarse a escuchar la voluntad popular, se transforma en la caricatura de sí misma.


Quienes observamos, perplejos, la artimaña tras artimaña, sabemos que este desprecio por la voluntad popular tendrá consecuencias. Las lecciones de la historia son claras: ningún poder sobrevive si reprime al pueblo. La democracia americana está en una encrucijada, y si no se permite que los ciudadanos elijan a sus líderes, estamos firmando la sentencia de muerte de aquello que llamamos libertad.



Salomón Ureña Beltre

Abogado - Notario.

By SANOTHE